Cada año, desde la segunda quincena de julio y hasta la primera de octubre, la ballena Jorobada migra desde el sur de América hasta las cálidas aguas de Bahía Ballena, donde dan a luz a ballenatos, que luego continuarán su viaje hacia el norte, donde aprenderán a alimentarse por sí mismos.
Estas ballenas, así como algunos delfines que en agosto y otros momentos del año hacen su propio espectáculo, forman parte del atractico de esta región del país, que atrae a miles de turistas de diferentes partes del Mundo y también a costarricenses.
Este año también se une al atractivo de las ballenas, un acontecimiento importante para la historia cultural de Costa Rica: la declaratoria de la Unesco que da carácter de “Patrimonio Cultural de la Humanidad” a los sitios arqueológicos con esferas de piedra. Además, hace dos días la Asamblea Legislativa le dio cualidad de “símbolo nacional” a las esferas de piedra del Valle del Diquis, que se ubican en las cercanías.
Así las cosas, la Zona Sur del país se transforma en uno de los destinos turísticos más importantes del país. De hecho, con la apertura de la pista conocida como “Costanera”, el Parque Marino Ballena -que era desconocido para la mayoría de la gente- empezó a aumentar el caudal de visitas.
Los datos del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) informan que en el Parque Nacional Marino Ballena pasó a convertirse en la cuarta maravilla natural de Costa Rica más visitada. En 2005 esta área protegida apenas contaba con 2.500 visitas al año, pero ya en el 2012 alcanzó la suma de 153.400 personas ingresando al parque por Playa Uvita, la principal de la gran bahía.
Las fotos de la cola de ballena que se forma en esa playa dieron vuelta al Mundo en los últimos años y muchos empresarios hoteleros y agencias de viajes giraron sus ojos hacia esta región, que tiene hoteles exclusivos para extranjeros, como el Bavaria (propiedad de un alemán que ha expresado abiertamente que no le interesa el turismo nacional), el Cristal Ballena o el Cusinga. No obstante, la zona también tiene hoteles y cabinas a precios cómodos para los costarricenses, e incluso en Palmar Norte y Palmar Sur hotelitos cómodos y de buen precio.
El avistamiento de ballenas y delfines en las costas del Parque Nacional Marino Ballena ha fascinado a cientos de personas, la mayoría de ellos extranjeros que visitan Costa Rica. Sin embargo, en los últimos años muchos costarricenses están disfrutando también de la aventura del avistamiento.
Algunos operadores de turismo ofrecen tours para el avistamiento de ballenas y la apreciación de las esferas de piedra, que buscan ofrecerle al turista nacional e internacional la posibilidad de disfrutar del paisaje, el conocimiento y la sensaciones sin tener que manejar o estresarse en la organización del viaje. El sur además ofrece otros destinos interesantes para el visitantes, como la Isla del Caño, el Parque Nacional Corcovado, las comunidades indígenas Borucas, Ngäbes y Teribes, los biodiversos humedales de Sierpe, las montañas del Parque Internacional de la Amistad en Coto Brus y Buenos Aires, entre otros.
Algunos dicen que el sur es el Guanacaste de esta época, un lugar con asombrosas playas y contenidos para el turismo cultural, ecológico, de aventura, rural comunitario y de varios tipos.