- Prejuicios sobre la región detienen a los turistas costarricenses de disfrutar los encantos del río San Juan y otros ríos y paisajes.
Melissa López Cisneros. El prejuicio es el arma paralizante más fuerte que tiene el miedo. Y en turismo esa arma es determinante cuando se trata de conocer sitios fantásticos, pero cargan prejuicios históricos que -aunque falsos- siguen influenciando en la gente. Esa es la realidad de la zona entorno al río San Juan.
El amplio río, comparable con los paradisiacos escenarios del Amazonas, lleva el caudal del Lago de Nicaragua y de varios ríos de Costa Rica, como el Sarapiquí, el Frío y el San Carlos.
En sus riberas se puede observar una interesante diversidad de sembradíos de la región norte del país, así como territorios privados y la reserva natural de Indio Maíz en Nicaragua, con 3, 180 Km², una de las más importantes y grandes de Centroamérica.
Del lado nicaragüense se puede visitar la zona de El Castillo y en el sector este la bifurcación que separa al San Juan en dos vertientes, el San Juan hacia el norte y el Colorado hacia el sur. En ese cruce, frente a la famosa Isla Calero, se encuentra el inicio de la carretera Juan Rafael Mora Porras, conocida como “la trocha fronteriza”.
Sin embargo, todos estos atractivos se ven mancillados por el mito popular de que la zona es peligrosa y que los costarricenses podrían ser detenidos ilegalmente por el ejército nicaragüense.
“Es totalmente falso, los ticos tenemos derecho de navegar por el río San Juan y las autoridades nicaragüenses no lo evitan ni nada así”, explica un operador de lanchas con décadas de trabajar en la zona.
“Igual los pueden detener viajando a Managua o Granada, pero eso no sucede, la gente hace un chisme de una noticia y lo hablan como si fuera siempre y fuera realidad”, explica el capitán.
En los últimos años, tras el conflicto limítrofe por el territorio de Isla Calero, el odio xenofóbico aumentó más en Costa Rica, gracias a la provocación del gobierno de Daniel Ortega y el manejo mediático que exacerba las diferencias entre los países. “Pero nosotros nos vemos como vecinos, compartimos comercio y nos llevamos bien, el pleito es entre los gobiernos, nosotros somos otra cosa”, aclaró un vecino de La Trinidad, en un tour previo de CulturaCR Tours.
Del lado nicaragüense, en cambio, el aprovechamiento del recurso llamado río San Juan ha venido en aumento. Agencias de turismo de Managua ya tienen entre sus destinos El Castillo y otros destinos ligados al río.
En un par de semanas la resolución de la Corte Internacional de Justicia de La Haya emitirá una resolución final en el litigio por ese territorio que podría finiquitar de una vez los problemas. Lo que preocupa a las personas de la zona es que los costarricenses sigan considerando a la zona peligrosa porque eso evita que el turismo se convierta en una valiosa fuente de ingresos.
“El tour que más nos cuesta completar cada año es el que realizamos por los ríos Sarapiquí y San Juan; la falta de capacitación en la zona, la falta de profesionalismo y de infraestructura turística, así como los prejuicios de la gente sobre esta región afecta que podamos llevar grandes grupos a conocer el encanto natural, cultural e histórica que tiene el recorrido”, explica Geovanny Jiménez S., operador de turismo y director del Programa de Turismo de Culturacr.net, quien ha viajado varias veces y quien insiste en promocionar el destino a pesar de los pesares.
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Además del encanto natural, los ríos Sarapiquí y San Juan tienen historia que contar: en ellos se dieron las últimas batallas victoriosas contra los filibusteros de William Walker en el año 1856-1857 en la Campaña Nacional por liberar tanto a Nicaragua como Costa Rica del estadounidense que quería conquistar estos territorio para su país.
“Cuando ponemos publicidad en Facebook, por ejemplo, siempre sale gente diciendo cosas horribles como que los ticos somos mejores que los nicas o que ir ahí debe ser peligroso porque los nicas los van a secuestrar; la intolerancia y el irrespeto xenofóbico es impresionante”, narra Jiménez.
“Aquí nunca pasa nada de eso, yo oigo que se ahogan en el Pacífico y que los asaltan en Guanacaste, pero nadie dice que es peligroso allá, pero aquí nada, aquí es muy seguro”, explica el capitán de lancha, quien prefirió no dar su nombre por timidez. “Diga lo que digo, se lo dice cualquier aquí, pero no diga que fui yo”, dijo.
“Cuando la gente viene se va feliz, a la gente le gusta lo que ve”, dice el capitán. “Las lanchas tienen buenas condiciones para trabajar y el paisaje es maravilloso, la gente se va contenta al regreso”, afirma Jiménez.
La Zona Norte ofrece muchos recursos turísticos, además del volcán Arenal, que aún falta por descubrir: entre los reconocidos canales de Tortuguero y La Fortuna hay un río San Juan que tiene mucho potencial. Pero antes debe despojarse del traje del prejuicio y desnudar sus encantos.