Redacción. – A mitad del proceso electoral, el panorama que revela el más reciente estudio del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (Ciep-UCR) no es el de una contienda definida, sino el de un país con niveles inusualmente altos de indecisión y con una alternativa política que logra consolidarse: La de Laura Fernández.
Según los datos recabados entre el 19 y el 26 de noviembre, el 45 % de las personas consultadas todavía no decide su voto, lo que mantiene la carrera abierta y volátil.
Más allá de la intención de voto puntual, la encuesta muestra un ambiente general de distanciamiento. Aunque el 56,5 % dice sentir interés en las elecciones, la conversación política no ha permeado los espacios cotidianos: el 54 % afirma que casi nunca discute el tema y un 39 % advierte que la información disponible es insuficiente.
Respecto a las candidaturas, Laura Fernández aparece de primera entre quienes ya definieron su voto (30%).
En la oposición, la dispersión marca el pulso: Álvaro Ramos (PLN) obtiene un 8 %, Ariel Robles (Frente Amplio) un 5 % y Claudia Dobles (Coalición Agenda Ciudadana) un 4 %.
Otras candidaturas como Natalia Díaz (Unidos Podemos), Juan Carlos Hidalgo (PUSC), Fabricio Alvarado (Nueva República) o Eliécer Feinzaig (PLP) apenas alcanzan un 1%.
Es más, los que aseguran que anularán su voto (2%) superan a los antes mencionados.
Ninguno alcanza, por ahora, la tracción suficiente para convertirse en un contrapeso sólido ni para capitalizar el amplio espacio que deja la indecisión.
El estudio sugiere que la etapa final de la campaña será determinante. Con una ciudadanía que aún no se siente plenamente informada y sin un liderazgo opositor definido, cualquier movimiento puede alterar el orden actual. El comportamiento del electorado en enero podría modificar las tendencias y abrir o cerrar espacios para diversas fuerzas políticas.




