Aarón Chinchilla EP. | Un informe de la organización internacional Human Rights Watch determinó que la violencia, la discriminación a las minorías, la impunidad y la crisis humanitaria de los migrantes se ha acrecentado en América Latina.
De acuerdo al último informe de la organización, en la mayoría de los países latinoamericanos es factor común el abuso de la autoridad, los abusos a los Derechos Humanos (DDHH), la impunidad y el homicidio, la violencia además la discriminación contra los sectores excluidos socialmente.
Como ejemplo, detallan que en México, el clima es desolador, al punto que el informe de HRW detalla que el actual presidente Andrés Manuel López Obrador “heredó una catástrofe humanitaria con profundas raíces en la extrema violencia del crimen organizado y el abuso de los militares y la policía”.
Por otra parte, afirman que ni siquiera Colombia, que firmó un acuerdo de paz en 2016 con la guerrilla más grande y longeva de Latinoamérica, tiene un respiro, sino que más bien, la violencia aumentó con grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las FARC y los sucesores de los grupos paramilitares. Panorama similar mencionaron sobre Brasil y Argentina en donde, la violencia policial y paramiltar se ha intensificado, desde la entrada de los gobiernos de Michel Temer- posteriormente Jair Bolsonaro- y Mauricio Macri respectivamente.
Respecto al abordaje de las crisis migratorias, se detalló que Latinoamérica vive la más grave crisis migratoria de su historia. En el caso venezolano, se menciona que “el Gobierno ha estado reprimiendo la disidencia a través de la represión a menudo violenta de protestas en las calles, encarcelando a los opositores y procesando a civiles en tribunales militares” y dicha situación, aunada a factores como la hiperinflación, escasez de medicamentos y alimentos ha desencadenado el éxodo masivo de venezolanos por todos los países de Latinoamérica. No obstante, se señala que la crisis de migración en países de Centro América es aún peor, en donde se han generado movilizaciones de miles de migrantes caminando hacia los Estados Unidos.
En el caso de Nicaragua, se precisó que las protestas opositoras fueron respondidas con una cruenta represión por parte del gobierno de Daniel Ortega, dejando como saldo 300 muertos, 2.000 heridos y cientos de personas arrestadas arbitrariamente.
“Una enorme concentración de poder del ejecutivo le ha permitido al presidente del gobierno de Daniel Ortega cometer abusos contra los críticos y los oponentes con total impunidad.”