George Rodríguez EP. El secretario de Estados de Estados Unidos, Mike Pompeo, aseguró este viernes que ese país apoya al pueblo nicaragüense en lo que describió como el clamor por libertad ante la represión gubernamental.
La afirmación está contenida en una declaración emitida por Pompeo, y difundida, en la red social Facebook, por la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua, para saludar a los nicaragüenses por el 197 aniversario de la independencia de ese país centroamericano.
“Estados Unidos está junto al pueblo de Nicaragua en su clamor por libertad ante la violenta represión de parte del gobierno de Ortega”, expresó Pompeo en el texto de tres párrafos.
El funcionario aseguró que el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, seguirá procurando que los responsables de las violaciones a los derechos humanos respondan por sus actos.
“Seguiremos trabajando con nuestros socios regionales y globales para promover que rindan cuentas aquellos quienes han demostrado flagrante irrespeto a los derechos humanos y fomentado la violencia en apoyo al gobierno de Ortega”, advirtió.
El secretario se refirió, además, al restablecimiento de la paz en el país.
“Deseamos, al pueblo de Nicaragua, el regreso a la paz, la libertad, y la democracia, en este día, al conmemorar su independencia”, expresó Pompeo, quien inició la escueta declaración expresando que, “en nombre de Estados Unidos, envío los mejores deseos al pueblo de Nicaragua en el 197 aniversario de su independencia el 15 de setiembre”.
Nicaragua –al igual que Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras- conmemora, el 15 de Setiembre su independencia, en 1821, respecto a la dominación colonial de la monarquía española.
La declaración de Pompeo se inscribe en la violenta crisis sociopolítica estallada el 18 de abril, a causa de un decreto presidencial que apuntaba a reformar el sistema de pensiones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
El retiro, días después, del decreto, determinó que la masiva protesta popular en desarrollo se enfocase en la actual exigencia de que Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, renuncien a sus respectivos cargos.
La respuesta de la pareja gubernamental ha consistido en intensificar la represión tanto policial como parapolicial, acciones que han cobrado alrededor de 500 vidas, y generado más de dos mil heridos, detenidos y desaparecidos.
La dramática situación también ha causado daño de consideración a la economía nacional, lo que, según diversos cálculos, incluye el cierre de un alto número de medianas y pequeñas empresas, y la consecuente pérdida de cientos de miles de empleos.
Asimismo, ha determinado que miles de nicaragüenses emigren, principalmente hacia la vecina Costa Rica -donde más de veinte mil personas han solicitado refugio-.