George Rodríguez EP. El gobierno de México solicitó, al de Estados Unidos, una investigación sobre la represión, por parte de fuerzas de seguridad estadounidenses, contra migrantes indocumentados, en un sector de la frontera entre ambos países, según informó, este jueves, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mexicana.
Se trata de los incidentes ocurridos, respectivamente, el 25 de noviembre y el 1 de este mes, en ambos casos en el sector fronterizo entre las ciudades de Tijuana (México) y San Diego (Estados Unidos), el extremo occidental del límite terrestre de 3,155 kilómetros compartido por los dos países, indicó la cancillería mexicana, en un breve comunicado.
El planteamiento está contenido en la nota diplomática que la SER dirigió a la Embajada de Estados Unidos en México, de acuerdo con lo indicado en el comunicado de cuatro párrafos.
“La Secretaría de Relaciones Exteriores envió hoy una nota diplomática a la Embajada de Estados Unidos sobre el incidente”, y, “en ella, la Cancillería solicitó que se realice una investigación exhaustiva de los hechos ocurridos ese día (1 de enero), así como de los del pasado 25 de noviembre en esa misma zona. Igualmente, lamentó que se registre cualquier tipo de actos violentos en la frontera con México”, indicó.
En la nota –cuyo contenido no fue citado en el comunicado- se reafirmó el compromiso mexicano respecto a la protección de los derechos y la seguridad de los migrantes, indicó la SER.
“México reiteró su compromiso para salvaguardar los derechos humanos y la seguridad de todas las personas migrantes”, informó la cancillería, y agregó que “el Gobierno de México mantendrá el enfoque de cooperación para atender el fenómeno migratorio de manera bilateral atendiendo sus causas y reconociendo que es una responsabilidad compartida”.
El sector fronterizo donde ocurrieron los incidentes es el área a la que en noviembre llegaron alrededor dos mil migrantes –de los aproximadamente siete mil a 10 mil-, mayoritariamente ciudadanos de Honduras y, en menor medida, de El salvador, tras haber cubierto un trayecto de aproximadamente 4,300 kilómetros.
Se trata personas –incluidos niños y mujeres, algunas de ellas embarazadas- quienes realizaron, en aproximadamente cuatro masivos contingentes, caminatas para llegar desde sus países de origen, cruzando territorio mexicano, hasta Estados Unidos, en procura de la seguridad ciudadana y las oportunidades a las que, en esas naciones centroamericanas, no tienen acceso.
El Salvador y Honduras, junto con Guatemala, son países caracterizados por altos índices de pobreza, y constituyen el Triángulo Norte de Centroamérica, una de las regiones más violentas a nivel mundial.
Al llegar a ese punto del límite binacional, los migrantes encontraron, del lado estadounidense, efectivos militares y de la Guardia Nacional desplazados para impedirles el ingreso a territorio de Estados Unidos.
En el caso del incidente ocurrido el 25 de noviembre, luego de una manifestación pacífica, en Tijuana, en apoyo a su reclamo de que se les facilite ingresar a Estados Unidos, aproximadamente mil migrantes –incluido un alto número de niños-, corrieron hacia la valla fronteriza, tratando de superarla, pero fueron repelidos por las tropas estadounidenses, que dispararon proyectiles de goma y, desde helicópteros, lanzaron gas lacrimógeno.
Resultado de la represión, con saldo de numerosos heridos por los proyectiles e intoxicados por el gas.
Respecto a lo ocurrido el primer día de este año, aproximadamente cien migrantes intentaron, igualmente, superar la valla fronteriza, pero fueron, también, reprimidos por fuerzas estadounidenses.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, un tenaz adversario de la inmigración, reforzó, el año pasado, la vigilancia fronteriza, del lado estadounidense, con aproximadamente dos mil efectivos militares.
El mandatario, quien ha afirmado que los masivos contingentes de ciudadanos del Triángulo Norte constituyen una invasión a Estados Unidos, ha afirmado que, además, plantean un peligro para la seguridad de ese país, ya que, entre ellos, caminan criminales.
Trump ha amenazado, reiteradamente, con suspender la ayuda estadounidense al Triángulo Norte, debido a que los tres gobiernos han sido omisos en impedir los masivos desplazamientos de migrantes hacia Estados Unidos.