Aarón Chinchilla EP. | El informe del Estado de la Nación 2018 asegura que la pobreza en el país se disminuiría a la mitad si las mujeres tuvieran mayores posibilidades de acceso a puestos de trabajo.
Según señala el informe, se debe promover la participación laboral femenina ya que “(distintos) ejercicios de simulación mostraron que la pobreza total se podría reducir a casi la mitad si las mujeres desocupadas o que están fuera de la fuerza de trabajo tuvieran un empleo.” Actualmente, revela el estudio, que “la tasa neta de participación laboral femenina sigue estancada”, en tanto que, la tasa de desempleo en las mujeres alcanza un 13.1%, mientras que en los hombres se mantiene en un 8.6%.
“(Existen) asimetrías en la participación de mujeres y hombres en el mercado laboral, vistas en tres ámbitos: inserción (participación en la fuerza de trabajo), selección (acceso a empleo) y valoración (brecha salarial). Persiste la falta de oportunidades en el mercado de trabajo, sobre todo para las mujeres y las personas jóvenes (…)”
Imagen Tomada Estado Nación 2018.
Como tendencia de largo plazo, la inserción laboral femenina ha crecido de forma sostenida, pero se ha estancado en años recientes. El estudio evidencia que, aún si poseen alta calificación, “las mujeres enfrentan con mayor frecuencia problemas de desempleo, subempleo, brechas de ingresos, poco acceso a recursos productivos y patrones de segmentación ocupacional, que afectan sus derechos y oportunidades de desarrollo personal y profesional” y dichas dificultades no solo las perjudican a ellas y a sus familias, sino también al país”. Asimismo se detalla la compleja situación que viven las mujeres respecto al tema salarial, ya que, el estudio revela que en el país, existe una amplia “discriminación salarial por materia de género”.
“Las mujeres deberían obtener remuneraciones por hora superiores a las de los hombres, dada su mejor calificación. Sin embargo, la presencia del componente de discriminación reduce esa ‘ventaja’ y ocasiona que los ingresos promedio de ellas sean similares y hasta inferiores a los de ellos (…) Una proporción de la brecha de ingresos entre mujeres y hombres no se explica por las características de las personas y los puestos de trabajo, por lo que se atribuye a discriminación salarial. En ausencia de esta, las mujeres percibirían ingresos superiores a los de los hombres, debido a su mejor perfil de calificación.
En el contexto internacional, Costa Rica es el cuarto país de América Latina (entre diecisiete) con la menor participación laboral femenina, y aunque en los últimos veinte años este indicador aumentó en casi diez puntos porcentuales, todavía se mantiene bajo en comparación con los promedios de la Unión Europea, América Latina y el Caribe y el mundo.