Alonso Mejía. El papa Francisco se reunirá con un representante del colectivo LGTB Somosgay, que integra a lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, durante su visita a Paraguay –un país con una población mayoritariamente católica-, del 10 a 12 de julio.
Simón Cazal, presidente de la organización, confirmó que será parte de los representantes de la sociedad civil paraguaya que han sido citados al encuentro que mantendrán con el papa el próximo 11 de julio en el estadio León Condou, en Asunción.
El activista calificó esta invitación de “gesto histórico” debido a que no se ha producido ningún acercamiento del papa a organizaciones LGTB en otros países de la región.
Cazal considera que el encuentro rompe con la retórica de los sectores ultraconservadores de la Iglesia Católica, a quienes acusó de descalificar a homosexuales, bisexuales y transexuales, quienes “en su gran mayoría son también profundamente católicas”, afirmó.
Según la agrupación Somosgay, más del 95% de los jóvenes entre 15 y 24 años a los que presta atención denunciaron haber sido víctimas de violencia intrafamiliar o expulsados de sus hogares porque sus familiares tienen prejuicios religioso contra su orientación sexual.
En otros casos, denunció Cazal, los familiares someten a los jóvenes LGTB a supuestos tratamientos de curación de la homosexualidad con presuntas “terapias” que combinan “los grupos de oración” con descargas con electroshock o la administración de psicofármacos.
Denunció que este tipo de centros de internamiento “se mantienen con apoyo de organizaciones religiosas”, y que en ellos son frecuentes los suicidios “por la culpa que se les hace sentir a estos jóvenes”.
El activista dijo tener la esperanza de que tras la reunión del papa Francisco con Somosgay se “deslegitime el discurso homófobo” en la sociedad paraguaya, y sirva como reparación a las víctimas de discriminación por su orientación sexual e identidad de género.
En Paraguay no existe una ley que regule las uniones civiles entre personas del mismo sexo, por lo que Amnistía Internacional ha denunciado al país como el único Estado de la región que no cuenta con una ley contra la discriminación de las personas por su preferencia sexual.