George Rodríguez EP. El gobierno de Costa Rica deploró, este miércoles, la sorpresiva toma de la sede de la Embajada de Venezuela en Costa Rica por parte de María Faría, representante del autoproclamado presidente interino venezolano, el diputado opositor Juan Guaidó.
La acción emprendida por Faría y otras personas, desconoció el plazo dado al personal del gobierno venezolano presidido por Nicolás Maduro, para abandonar el territorio de Costa Rica, indicó la cancillería costarricense, en un breve comunicado.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores deploró el inaceptable ingreso a la sede de la Embajada de Venezuela en Costa Rica, por parte de personal diplomático del gobierno del presidente encargado Juan Guaidó”, planteó el ministerio, en el texto leído por la vicecanciller costarricense Lorena Aguilar.
Lo actuado por Faría, cuya designación el gobierno costarricense reconoció el 1 de febrero, es lesivo, entre otros aspectos, de la normativa internacional, indicó.
“Para el Gobierno de Costa Rica tal procedimiento es inaceptable pues lesiona elementales normas diplomáticas de respeto y confianza de las relaciones en la comunidad internacional, y sobre todo, del derecho internacional”, advirtió.
La acción implica irrespeto, por parte de Faría, al plazo –aún vigente- que el gobierno costarricense fijó para que el personal de la anterior representación diplomática venezolana abandone territorio nacional, agregó el ministerio.
“En este sentido, expresa su enérgico rechazo con la actuación de la señora representante diplomática María Faría, que ha irrespetado el plazo diplomático de 60 días dado por Costa Rica a los funcionarios del gobierno del señor Nicolás Maduro para abandonar el país”, indicó.
El plazo fue fijado el 15 de febrero, de acuerdo con lo informado por la cancillería.
“Por tal motivo, el Ministerio de Relaciones Exteriores adelanta que en las próximas horas entregará una nota diplomática a la señora representante diplomática, María Faría, en relación con lo sucedido”, indicó la cancillería.
La embajada fue tomada, la madrugada de este miércoles, por Faría y sus acompañantes, de acuerdo con versiones periodísticas costarricenses.
Horas después, frente a la sede diplomática ubicada en sector de Yoses, en el sector oriental de San José, la capital nacional, incidentes principalmente verbales –con intercambio de insultos-, que incluyeron empujones, fueron protagonizados por simpatizantes, respectivamente, de Guaidó y de Maduro.
La jefa de la representación diplomática madurista, Norma Borges, participante en los hechos, declaró, en el lugar, que “hacemos responsable, por completo, de todo lo que suceda, a la señora María Faría y al gobierno de la República de Costa Rica”.
En declaraciones que formuló el 14 de febrero, a periodistas, el presidente costarricense, Carlos Alvarado, informó que la única persona reconocida, por el gobierno de Costa Rica, como representante de Guaidó, es Faría.
“El día de ayer, recibimos a la embajadora enviada por el presidente interino Guaidó”, indicó Alvarado, y agregó que “ella es la persona que es reconocida por el gobierno de Costa Rica”, por lo que “ningún otro representante tiene un reconocimiento oficial, de parte de Costa Rica”.
Al desconocer a la representación diplomática madurista, el gobierno costarricense aplica el procedimiento que otros países latinoamericanos han implementado en ese sentido, aseguró el mandatario.
“Desde cancillería, se ha externado un plazo en el cual se les invita, a las que fueron delegaciones, a cerrar sus asuntos y abandonar el país, siguiendo los estándares que han hecho otros países, como lo hizo Paraguay, como lo hizo, también, Ecuador, y otros”, informó.
Guaidó se autoproclamó, el 23 de enero, presidente interino de Venezuela, por considerar que, usurpado por Maduro, el cargo estaba vacante.
La oposición venezolana y numerosos países consideran que, al iniciar, el 10 de este mes, su segundo período gubernamental consecutivo (2019-2025), Maduro usurpó el poder, porque obtuvo la reelección mediante un proceso electoral –el 20 de mayo de 2018- del que fue excluida virtualmente toda la oposición, además de que careció de observación internacional independiente.
La severa crisis socioeconómica, política, y de seguridad que hace años afecta a Venezuela, ha generado el éxodo que, de acuerdo con diversos cálculos, han emprendido por lo menos tres millones de personas quienes, vía terrestre, se han desplazado a países sudamericanos tales como los limítrofes Brasil y Colombia, también a Ecuador y Perú, y, en menor medida, otros países del área.
Además de la represión antiopositora por parte del régimen madurista, quienes abandonan el país denuncian, entre otros factores causantes del éxodo, la masiva escasez de alimentos básicos y medicinas, el marcadamente bajo poder adquisitivo de los salarios, así como la generalizada falta de oportunidades.