George Rodríguez EP. El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), cardenal Leopoldo Brenes, llamó, en la tradicional Misa de Gallo, a los católicos, a solicitar a Dios que, en el contexto de la violenta crisis sociopolítica que golpea a Nicaragua, cambie la historia del país.
Luego de la actividad religiosa, el cardenal llamó a la unidad de las familias nicaragüenses divididas internamente a causa de la dramática situación nacional que, estallada hace algo más de ocho meses, ha cobrado centenares de vidas.
“Esta es una noche especial, es una noche santa donde Dios se hizo hombre igual a nosotros menos en el pecado. Él vino a cambiar la historia de la humanidad. Pidámosle que cambie nuestra historia”, planteó Brenes, a los participantes en la misa oficiada en un templo en Managua, la capital nacional.
En tal sentido, Brenes, quien también es arzobispo de Managua, describió a Cristo como la luz de ese cambio.
“Cristo es la luz del cambio que nos ilumina a todos”, expresó el sacerdote, quien reafirmó que “todos somos iluminados por la luz de Cristo, pero hay quienes no se quieren dejar iluminar”, además de señalar que “la nochebuena es para los humildes y sencillos, porque los poderosos pueden ser soberbios, a veces, y esconderse en sus propios placeres”.
Tras haber oficiado la misa, y en diálogo con periodistas, el líder religioso se declaró preocupado por la división que la crisis sociopolítica ha causado dentro de algunas familias nicaragüenses.
“Hay familias de cuatro, donde tres están contra uno y uno contra tres, o hay dos contra dos”, precisó.
Un día antes, Brenes advirtió que, este año, la Navidad sería diferente a lo habitual, ya que la tristeza afecta a numerosas familias nicaragüenses, motivo por el cual, durante la Misa de Gallo, el sacerdote deseo, a los nicaragüenses una “santa Navidad”, en lugar del tradicional dese de “feliz Navidad”.
La dramática situación nicaragüense, estallada el 18 de abril, ha cobrado por lo menos 545 vidas, generado miles de heridos, detenidos, y desaparecidos, dañado en gran escala a la economía nacional, y determinado que miles de nicaragüenses emigren, principalmente hacia la limítrofe Costa Rica -donde más de veinte mil personas han solicitado refugio-.
La represión policial y parapolicial antiopositora ha pasado de ser masiva -contra actividades opositoras públicas-, a constituirse en principalmente selectiva -mediante la captura y la desaparición de opositores quienes son blanco de búsqueda individual-.
Medios de comunicación y periodistas independientes y organizaciones no gubernamentales –particularmente las defensoras de los derechos humanos- han sido los objetivos más recientes de esa modalidad represiva.





