En materia sexual, ¿quién educa a Costa Rica?

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Por Jenny Torres.

La Costa Rica de antaño fue mal educada en materia sexual, debido a la ignorancia, pruritos y temores propios de le época, fundados en el temor a Dios que la religión católica enseñaba a sus fieles. Aun así, resultaba común que los padres llevaran a sus hijos varones donde las “malas” del pueblo para que aprendieran a hacerse hombres.

A través de una pequeña o gran inversión, los padres evitaban enfrentar el tema sexual de manera seria y concienzuda al delegar la tarea en una prostituta a la que por supuesto, había que relegar al olvido o a el estigma de por vida porque así lo decía la Biblia o el padrecito del pueblo.

Los hombres que tenían muchas mujeres, tomaban licor hasta el delirium tremens, por más brutos que fueran; eran admirados por los demás, considerándolos los machos alfas, era los reyes del pueblo.

La educación de las mujeres era diametralmente opuesta: tenían que aprender todos los oficios domésticos y casarse lo más pronto posible para no ser la vergüenza del pueblo al quedarse a “vestir santos”. Las mujeres mayores les explicaban que el matrimonio caducaba hasta que la muerte los separara y por lo tanto, debían aceptar con paciencia y hasta cierto gozo y dicha cualquier sufrimiento que conllevara porque…esa era la cruz que les había tocado cargar.

Por esa sencilla razón, los matrimonios duraban para toda la vida. El hombre podía tener las amantes que quisiera, maltratar a toda la familia física y psicológicamente y la mujer tenía que callar para guardar las apariencias.

Un hijo nacido fuera del matrimonio era la vergüenza de toda la familia, la familia de la madre por supuesto; el hombre por lo general no aparecía o no se hacía cargo, la mala siempre era la mujer, por haber permitido que el hombre la embarazara. El varón siempre quedaba impune, aunque si reconocía al hijo de la relación, era considerado casi un héroe por ser “tan responsable”.

Todavía escuchamos a muchos ticos jactándose de haber sido clientes asiduos de “Tencha”, madame que hacía su agosto todo el año en Cartago, la ciudad más católica del país, al proveerle a la ciudad de las brumas y al resto de las provincias, prostitutas para todos los gustos.

Con el pasar del tiempo y la tecnología, la educación sexual del tico fue delegada a las revistas y al cine pornográfico, sin dejar de lado a las prostitutas.

Las maestras de los hombres de décadas pasadas fueron todas las versiones de Emmanuelle, la Cicciolina y clubes nocturnos como Pelufo’s.

De manera reciente, el sitio de pornografía Pornhub, publicó que Costa Rica se encuentra en la sexy posición #69 del ránking de preferencias a nivel mundial, en donde lo más buscado para ver es el sexo entre lesbianas, el homosexual y el trans.

Ahora quien educa a los ticos es Mia Khalifa, Nacho Vidal y Sasha Grey; entre otros.

En días recientes y desde que el evangélico Partido Renovación Nacional (PRN) entró a la arena política costarricense, a diestra y siniestra hemos escuchado, visto y leído a través de los medios de comunicación, a padres de familia cristianos en vigilia, protestas o rasgándose las vestiduras repitiendo hasta el cansancio la maltrecha e imperativa frase “¡a mis hijos los educo yo!” ó el “con mis hijos no te metas”; instigados por sus líderes religiosos quienes basados en el miedo y la ignorancia, les aseguran un lugar en el infierno si permiten que sus retoños reciban la educación sexual que provee el Estado.

La mayor parte de las familias que están aterrorizadas por el hecho de que sus hijos reciban clases de educación sexual, provienen precisamente de las zonas marginadas del país en donde niñas menores de 15 años quedan embarazadas como si fuera algo de lo más normal, el incesto, las violaciones y relaciones sexuales son el pan de todos los días. Todavía creen en “los duendes” y en donde con tal de repeler la obligación de mantener a sus propias hijas, las obsequian al mejor postor a cambio de recibir cualquier cosa para enfrentar la pobreza.

Tanto es así que Guanacaste y Limón, poseen el triste récord de embarazos adolescentes y son precisamente esas zonas en las que padres de familia, sobretodo evangélicos; aterrorizados por las Guías de Educación Sexual del MEP, impiden a todos los demás educandos el acceso a escuelas y colegios; obviando de manera estratégica que las guías no son para estudiantes de primaria, sino de los últimos años de secundaria en donde en realidad, ya han hecho y deshecho en materia sexual.

En este punto es en donde los evangélicos acceden como “Pedro por su casa” hasta los hogares de sus fieles y aprovechándose de la miseria que produce el desempleo, luego de que pagan el diezmo obligatorio, los preocupados padres son resarcidos con el ansiado “diario”, el cual consta de una bolsa de arroz, frijoles, azúcar, sal, una botella de aceite, harina y masa. Basta con esa regalía para que estas familias se sientan atendidas y valoradas para que acepten a rajatabla cualquier discurso que les quieran vender. Se convierten por tanto en defensores acérrimos de sus pastores y así se dirigen como ovejas al matadero, con tal de recibir beneficios materiales y espirituales.

De tal forma que, desde la Colonización, a Costa Rica la han educado en materia sexual dos vertientes: la religiosa fundamentalista, ya sea católica o evangélica y la pornográfica en todas sus presentaciones.

La historia ha demostrado que la religión católica no tiene autoridad moral para enseñar lo que no practica, debido a que para nadie es un secreto que el voto de “castidad” o celibato que le pide a sus sacerdotes y monjas en muchos casos no pasa de ser un mero atavío de devoción; esto porque decenas de ellos tienen hijos ilegítimos o reconocidos mantenidos a punta de salarios y exenciones por privilegios que reciben de parte de todos los contribuyentes. El desenfreno de las más bajas pasiones carnales por otra parte de su población religiosa en donde violaciones, pedofilia y homosexualidad, son reconocidas por el Papa y demás jerarquías; expían la culpa limitándose a pedir perdón a las víctimas por las faltas cometidas pero nunca castigando a los victimarios.

Los evangélicos por su parte, ansiosos por tener el preciado diezmo a como dé lugar y ahora también el poder político; inculcan discursos fanáticos, llenos de todo el odio y la intolerancia de la que siempre Jesús, el Maestro al que aseguran seguir a pie juntillas, nos previno; tanto así que siempre exhortó a no juzgar ni creerse superior al otro con falsa religiosidad, pregonando hasta el cansancio el amor al prójimo y aquello de que: “el que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”.

La sociedad costarricense se encuentra infestada de fanáticos religiosos que manejan el doble rasero a la perfección, en donde exigen modelos de familia tradicional para toda la sociedad, pero si alguno de ellos proviene de una, aclaran inmediatamente que no les aplica porque están tratando de cambiar la degeneración de la que provienen por la rectitud que merecen. Todos los versículos que utilizan para condenar a una parte de la población, no los aplican para ellos mismos o los manipulan a su conveniencia. Para muestra un botón: jamás hemos visto que apliquen aquello de: “Anda, ve y vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres”, cuando se les pregunta por este tema, aclaran que los textos sagrados son alegóricos y por lo tanto, no se pueden aplicar al pie de la letra; todo lo opuesto a lo que hacen para condenar a muerte a los homosexuales y a cualquier otra persona que aun siendo creyente, no comparta sus fanatismos.

Si la preocupación de los padres de familia que no quieren educación sexual por parte del Estado, hecho que nadie les objeta; fuera genuina, debieran de mostrar consecuencia con lo que dicen y hacen evitando que también sea el Estado al que le corresponda atender luego todos los tratamientos para enfermedades de transmisión sexual, embarazos de niñas, cuido de sus niños y cárcel para los delincuentes en materia sexual para que a partir de ahora; sean sus pastores e iglesias quienes cubran todos los gastos materiales que de hecho pueden costear debido a que reciben los diezmos de estas familias por los que tampoco pagan impuesto alguno. El negocio redondo que proponen es el siguiente: “que el Estado no eduque a sus hijos de manera responsable, pero sí es su obligación mantener el fruto de la mala que ellos les dan”.

La iglesia católica costarricense por su parte, ha decidido tal como durante el Holocausto judío, guardar el “silencio histórico” que les caracteriza ante situaciones delicadas, en donde consideran que lo mejor es mantenerse neutral para no ser blanco de ataque alguno y poder lavarse luego las manos alegando que no participaron de tal o cual hecho. Aunque claro está, desde siempre se ha opuesto a la educación sexual alegando motivos morales.

Sin embargo, este silencio histórico, más que neutrales, los convierte en cómplices de delitos por omisión. Nadie que permanezca neutral ante el avasallamiento de los derechos del otro, puede decir que es inocente.

De esta forma y de manera ignominiosa, en materia sexual Costa Rica desde la Colonia, ha sido educada o por fundamentalistas religiosos o por la industria del sexo.

Como ningún extremo es bueno y los hechos demuestran que en vez de avanzar en educación sexual, retrocedemos; resulta urgente proveer a la niñez y adolescencia costarricense, material científico y por lo tanto objetivo, para que lejos de prejuicios y temores las nuevas generaciones puedan acceder de manera veraz, objetiva y natural a la sana sexualidad.

En un mundo bombardeado 24/7 por todo lo que tenga que ver con sexo, optar por cuestiones de fe en donde lo mejor es “dejárselo todo a Dios”, no solo resulta irresponsable, sino que lanza a los jóvenes al ruedo sin herramientas confiables y sí con la ignorancia y temores que además de reprimir, les convierte en adultos frustrados, frustradores de la siguiente generación en un círculo vicioso de nunca acabar.

Es ese doble rasero y posición de comodidad que los ticos usamos para todo, es el que no nos permite progresar en modo alguno.

Si queremos avanzar como sociedad, resulta urgente un Estado laico, los hechos de los últimos días han demostrado cómo el peligroso coctel molotov que resulta al mezclar la religión con el Estado de derecho, puede incendiarlo todo. 

Costa Rica siempre ha sido un pueblo diverso que aparentaba respeto a las diferencias, sin embargo, esta campaña ha sacado lo peor del tico; demostrando niveles de intolerancia e imposición religiosa que achacábamos siempre en modo de chiste a talibanes y demás fundamentalistas.

Urge que todo padre de familia responsable, ponga de su parte para que ninguno de sus hijos sea sometido al oscurantismo al que nos quieren llevar los fanáticos y manipuladores de la fe, cualquiera que esta sea y venga de donde provenga.

Comenzar por educarse ellos mismos sin que medie cualquier dogma religioso o la industria pornográfica, sería un buen comienzo.

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6 COMENTARIOS

  1. Excelente comentario! Una cruda realidad: la hipocresía mojigata que siempre ha reinado en nuestra sociedad, podrida por esa doble moral nauseabunda. La iglesia católica SIEMPRE se negó a la educación sexual y hace 40 años no había ideología de género ni estupideces semejantes y ahora se le suman los malos líderes evangélicos.

  2. Ha hecho el mejor comentario que he encontrado hasta el.momento.
    Definitivamente, desde mi punto de vista, el problema de fondo no es el programa de educación para la afectividad y sexualidad, es un sistema ideológico caduco llamado «patriarcado», que da más valor a unas personas con relación a otras por cualquier razón, sea color de piel, nivel económico, sexo, presencia de discapacidad, género, lugar de procedencia, edad, orientación sexual o cualquier otro. Este sistema, que SI es ideológico, es el que las religiones intentan sostener a cualquier precio, siendo el odio, la discriminación y el miedo de irse al infierno o de no gozar de la presencia divina, los principales mecanismos de control. Y pareciera ser que el control de la sexualidad -bajo sus parámetros de bueno y malo- es un camino muy exitoso para generar la idea de estar en «gracia divina» … lo más irónico de todo esto es que si Dios hizo «todo bueno» qué sentido tendría pensar que hubo una parte del cuerpo que lleva al mal …. difícil de entender … o simplemente ideas fáciles para manipular…

  3. Muy buen comentario y artículo. Pero también así como se indica en él, el otro poder que educa a los ticos es la pornografía y la industria del sexo. El problema es que ese otro lado también está sediento de que las políticas “progresistas” sean aprobadas y acogidas por la sociedad. Esas políticas y nuevos movimientos que apelan para que la juventud e incluso la niñez se comporte con “más libertad” para ingresar a la vida sexual y quedarse ahí desde temprano.

    La industria del sexo es también una de las que más beneficio recibe, si la sociedad da esa “cancha abierta” a la sexualidad sin control en las limitaciones y sin velar por que las cosas se enseñen con la prudencia y cuidado en pro de la seguridad sexual, social y mental de la niñez y de la juventud, así consecuentemente del resto de los ciudadanos.
    Ya vemos que una educación sexual solo en manos de un movimientos religiosos no es nada conveniente, debido a los intereses de poder característicos en ellos y demostrado ha quedado en la historia.
    Pero la educación sexual en un sistema que no contempla una seria formación de valores ETICOS y consideraciones sociales, científicas y de derecho, NO puede llegar a buenos resultados, porque como en todo en la vida, las cosas no pueden ser 100% blanco o 100% negro, si nos quedamos en lo NEGRO, siempre estaremos ciegos, pero si pasamos a lo BLANCO sin control y sin dirección adecuada, nos encandilaremos con tanta “luz” y también entraremos en otro tipo de ceguera, igual de perjudicial.

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