Jesús Sánchez. Cuando tus propias raíces traicionan tu libertad, el temor y deseo de vivir se vuelven la nueva realidad en tierras ajenas.
Así es la historia de Marlon Cardoza de 32 años y nacionalidad hondureña, este joven hondureño vio obligada sus aspiraciones de libertad y defender a otros del hostigamiento social y autoridades de su país por su preferencia sexual, pasando de ser un líder defensor a prófugo de la realidad humana que te descarta por ser diferente.
Marlon descubrió su habilidad de ejercer libertad de a través del libre pensamiento de ser gay, a sus 20 años ante la necesidad de comunicar y educar sobre sus derechos a esta comunidad, activo su labor de liderazgo en contra de la adversidad que concentra su país de origen.
Persecución y homofobia
El ejercer la defensa en pro de los Derechos Humanos marco a Marlon como víctima de persecución y homofobia en su país, ‘’Muchas veces sin justificación alguna las policía me detenía para ser requisado, solo por el hecho de ser gay’’ expresa
“Algunas veces mientras, junto a otro compañero nos dedicábamos a repartir preservativos en las calles como parte de nuestra labor de educación sexual, éramos detenidos y llevados a la jefatura sin justificación infunda en hechos que nos señalaban de desorden público, por el simple hecho de tener una orientación sexual diferente’’
En el 2009 después que su casa fuera cateada por las autoridades de su país, hechos seguido de la muerte de uno de sus amigos, Marlon se vio envuelto en un mundo donde las agresiones de las autoridades y la persecución constante se volvieran un calvario, obligándolo a dejar atrás todo por lo que había luchado junto a sus seres queridos.
Apenas logrando rescatar parte de su ropa este joven hondureño emprendió su viaje a Costa Rica, huyendo ante el temor de perder su vida como muchos en tierras catrachas.
Dos años después
A dos años de haber llegado a Costa Rica y ocho meses de gozar de un estatus migratorio de refugiado, Marlon dice sentirse más tranquilo y confiado del sacrificio que implica estar lejos de su familia, pero que le garantiza que están seguros de cualquier represalias por parte de autoridades y la misma homofobia que le marco mientras vivió en la tierra que le vio nacer.
Actualmente Marlon trabaja en el Centro de Amigos para la Paz (CAP), mismo que lo acogió y brindo apoyo a su llegada a Costa Rica, aunque nos dice que no es nada fácil ‘’A mi llegada estuve con miedo, temor, depresiones, extrañando a mi familia a mis amigos, extrañando el trabajo que realizaba porque lo hacía desde el corazón, porque me nacía, porque me gustaba hacerlo porque era un trabajo para mi población en defensa de mis derechos que no tienen que ser ganados, desde el momento que uno nace.’’ expresa Marlon
‘’Es un proceso muy difícil donde tienes que insertarte en una sociedad donde la cultura es muy diferente, la forma de hablar, la forma de expresarse, algo que me ayudo a incorporarme es la libertad que aquí tienes, el poder salir sin temor a la calle sin el miedo que alguien sepa que eres gay’’
Aunque Marlon sigue luchando por sus temores, prevalece en él su activismo de lucha, por defender sus derechos y de los demás, aunque la sociedad sigue sin aceptar su inclinación sexual, Marlon cree que ya es tiempo que se les acepte como iguales y seres humanos con mismos derechos.
¿Le gustaría vivir a Marlon vivir en otro país que no sea Costa Rica, como Uganda ó Rusia?
Risas, ‘’No definitivamente no, aunque son países sub desarrollados en el tema de diversidad sexual están muy a paso lento ó de los cavernícolas digo yo, porque tal vez ni en ese entonces se vivía la violencia que se vive ahora en esos países en contra de la diversidad sexual. ’’
Todo por lo que ha pasado Marlon después de salir de Honduras ha ayudado a que sea una persona más social, que entiende más a su familia, que entienda la necesidad de estar cerca de sus seres queridos, algo que lo hace valorar más la vida y sus valores humanos al igual que aceptarse a sí mismo como ser humano.
Aunque ha logrado restablecer la comunicación con sus seres queridos en Honduras, misma que no tenía por el temor a que las autoridades intervinieran las llamadas para luego arremeter en contra de sus familiares, un regalo que aun le conmueve es la visita de su mamá, que al recordarla despierta los sentimientos de nostalgia y vos quebrantada al ese momento, después de dos años de no verla de no abrazarla ni verla ‘’ Una emoción que no se cómo explicártelo’’ dice entre cortado Marlon.
A Marlon le gustaría ser visto como el ser humano sencillo, humilde, que lucha por sus derechos, mismos por los que no debería luchar, derecho ganado desde su nacimiento como ser humano, con defectos y errores que corregir sin perder manteniendo su lucha por un mundo mejor.
Al igual que Marlon muchos ven atropellados sus derechos en toda Centroamérica y países como Uganda y Rusia donde los gay son vistos como una enfermedad, olvidando el hecho de seres humanos con virtudes y metas que muchas veces al ser alcanzadas ponen en alto el nombre de su país, en contra de la adversidad de ocultar su preferencia sexual, barreras que muchos han roto, volviéndose ejemplo como el cantante Ricky Martin y el boxeador Puertorriqueño, Orlando Cruz que revelaron su preferencia sin temor a una sociedad ajena a la realidad actual.
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