Eliannys Padra | EP. Siete personas, entre ellas tres menores, murieron calcinadas este sábado en Nicaragua luego de que varios hombres encapuchados incendiaran su residencia con una bomba molotov.
Según familiares de las víctimas, el incendio de la vivienda de tres pisos se produjo al amanecer y dos de las personas que se encontraban adentro lograron sobrevivir lanzándose desde un balcón, una mujer que está en estado grave y un niño que ingresó a un hospital con quemaduras.
La vivienda estaba ubicada en el barrio Carlos Marx, donde también funcionaba una fábrica de colchones.
Hay varias versiones sobre el incendio de la casa, la recopilada por la Dirección General de Bomberos, adscrita al Ejecutivo, apunta a “delincuentes encapuchados” que lanzaron al interior de la vivienda cócteles molotov provocando el incendio.
Por su parte, familiares y vecinos señalan que policías y fuerzas parapoliciales habrían provocado el incendio porque la familia se negó a prestar la parte alta de la vivienda para francotiradores y los amenazaron con disparar si salían de la casa mientras ardía.
#Nicaragua: #PATETICO… #INCONCEBIBLE
Apatentemente, francotiradores de #DanielOrtega quisieron utilizar el 3er piso de esta casa en un barrio de #Managua. El propietario rehusó, los sujetos entonces incendiaron la casa…al menos 4 muertos, entre ellos un bebé.#sosnicaragua pic.twitter.com/C9FJ7RwrXa— Ivan Taylor (@IvanTaylorTV) 16 de junio de 2018
Dos calcinados más
Posterior al incendio de la casa de familia, sujetos desconocidos asesinaron y quemaron a dos hombres en plena calle, cerca de donde ocurrió el otro incidente.
“La gravedad de estos hechos ha conmocionado a la población nicaragüense, que ven en los aparatos represivos del gobierno la criminal amenaza para su vida y su seguridad. Este crimen revela un escalamiento de la brutal represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, con saldo trágico de más de 178 personas asesinadas hasta el momento”, dijo el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Durante la reanudación este sábado de la mesa de diálogo nacional, el obispo Rolando Álvarez de la Conferencia Episcopal de Nicaragua -mediadora y testigo del diálogo- pidió el cese inmediato de la represión, la violencia, las amenazas, crímenes y asesinatos, que han causado tanto dolor a las familias nicaragüenses. “Esta mesa plenaria está inundada por el dolor”, dijo.