La nota es colocada en la sección de Sucesos. Dicho de otra manera, comparte espacio con noticias relacionadas a asesinatos, narcotráfico, estafas, atropellos, etc. Este elemento es ya de entrada significativo; se equipara la situación titulada con situaciones de índole delictiva. Se carga de significación negativa a un grupo humano que ya de por sí ha sido victimizado y marginado. Reforzamos una imagen falsa, creada a conveniencia de quienes manejando los hilos del teatrino ideológico pretenden manejar como marionetas a la población.
En el título mismo de la noticia se deja claro la intención arriba señalada. Son migrantes los que evaden. Se traslada la culpa de la no cotización hacia las y los trabajadores, pasando convenientemente por alto un elemento crucial. Son los patronos las personas responsables de asegurar y transferir los montos de seguridad social a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS, o la Caja de ahora en adelante). De esta manera, una persona asalariada no puede evadir, aunque lo quiera, el pago de sus cuotas obreras, mismas que le son retenidas por su contratista.
Con letra menuda se menciona que “Construcción y hoteles son los sectores que más contratan foráneos” ¿No será entonces en estos sectores donde se está violando la legislación social nacional? En lugar de señalar alarmistamente que la migración trabajadora nos está “robando”, debería llamarse la atención, en principio, sobre estos sectores. Si se hiciera un recuento podrían salir a relucir situaciones que La Nación puede preferir no mencionar. Es evidente que muchos representantes de la construcción y el turismo, a nivel de dueños, deben compartir una posición de poder al que los migrantes difícilmente podrían acceder. Es más fácil trasladar la culpa, aún de manera artificial, hacia este sector más débil y vulnerable. Y antededentes podemos recordar, como fue el triste e indignante caso del Hotel Riu en Guanacaste, que costó la vida a trabajadores nicaragüenses derivadas de las pésimas condiciones de alojamiento en que se encontraban.
El manejo que se hacen de datos estadísticos en el reportaje es de los más deplorables y malos que he visto en muchísimo tiempo. Por un lado cabría volver a mirar con recelo a la Dirección de Migración y Extranjería (DME), por ser la dependencia que los presenta y por otro al autor de la nota, un periodista de nombre David Delgado C. A la primera le cabe un serio cuestionamiento porque, en al menos un caso, parece que hizo una relación incorrecta de variables, en su dimensión temporal, y al segundo por no aplicar una mayor rigurosidad al momento de presentarlos.
Iniciemos con la cantidad de personas que no están reportadas ante la CCSS como cotizantes. Se menciona que es un 27% de la fuerza laboral de origen extranjero contra un 33% de la nacional. Visto desde este ángulo, resulta que son proporcionalmente más las personas nacionales que las extranjeras. ¿No debió ser este entonces la verdadera noticia? Si fuera cierta la premisa de que los trabajadores son los que evaden, y no los patronos, son más responsables de sus responsabilidades sociales los extranjeros que los nacionales.
Pero al analizar la forma en que obtuvieron el dato para asegurar que los migrantes son cuasidelicuentes (debe recordarse que se ubicó la nota en Sucesos). Alguien olvidó las clases de investigación o no entendió de que iba construir variables e indicadores. Asegura la DME que en Costa Rica hay 194.598 trabajadores/as extranjeros/as, dato tomado del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Inmediatamente algún despistado funcionario, o consultor externo vaya a saber, se enfrentó a un problema: ¿cómo calcular cuantos cotizan en la CCSS? Y decidió, suponemos, remitirse a la fuente primaria de datos, la institución de seguridad social. Hasta aquí todo va bien excepto porque el dato que usa es el del año 2008. Y con ese dato plantea que: Trabajadores migrantes (según INEC) – Cotizantes reportados (según la CSSS en el 2008) = Trabajadores que “evaden”. Y concluye que son 52.510. Ahora, ponderemos cosas:
Si los datos del INEC son posteriores a los datos de la CCSS, ya ahí hay un error metodológico que descalifica el resultado. ¿Quién asegura que el dato del 2008 se mantiene invariable durante tres años? Esto suponiendo que el dato del INEC sea actualizado. Dicho de otra forma: los trabajadores migrantes que cotizan ni se mueren, ni dejan de trabajar, ni se jubilan, ni regresan a sus países de origen. Maravilla demográfica digna de ponencia ante cualquier congreso de calibre mundial.
Si resulta que los datos de ambas fuentes, INEC y CCSS, son del mismo año (2008), ¿tiene validez asegurar lo que propone tanto la DME como La Nación? Parece que no. Sobre todo cuando se quiere extrapolar esta parte del informe a la situación de crisis financiera que vive la Caja.
7. Menciona las declaraciones del subdirector de la DME, Freddy Montero, en el sentido de que hay una gran demanda de la seguridad social por parte de lo que llama “población flotante”. Señala que utilizan un “…8% de la hospitalización y 5% de consulta externa y urgencias”. Igual, la falta de ponerle un poco más de cuidado a los datos se convierte en un búmeran. Ello porque en el párrafo inmediato señala, textualmente: “Actualmente, la población inmigrante es de 374.094, lo que representa un 8,20% del total de habitantes (4.562.087).”
Suponiendo que la atención de pacientes en una institución tan grande como la Caja, cuya filosofía es la universalidad del servicio, va a tener una demanda proporcional a la población, lo cual estadísticamente no parece erróneo señalar de manera general, ¿dónde está la alta demanda? En hospitalización es prácticamente la misma proporción (8% vs. 8,20% del total de habitantes y en consulta externa es mucho menor (5% vs. 8%). Más bien, parece que son las personas nacionales quienes acudirían en mayor cantidad respecto a la proporción que representan en el universo de población que las extranjeras. Lo que podría suceder es que talvez la DME y su subdirector, esperan que los extranjeros no se enfermen ni necesiten de ir al médico.
8. Y sigue el discurso xenófobo con revestimiento de legalidad, dado que emana de la misma institucionalidad, con datos sobre costos en salud. A ver, se gastaron 30.006 millones de colones en 947.773 consultas externas a personas migrantes y 42.998 millones en 127.688 hospitalizaciones en el 2010. Fuera de que otra vez se manejan datos inconexos en el tiempo (ahora sí usa datos del 2010 de la misma CCSS). Se llega a una conclusión temeraria. La cantidad de dinero aportada por los migrantes fue de 68.165 millones y como la Caja gastó 73.004 millones, entonces hubo una pérdida de 4.839 millones de colones. Con datos aportados del 2010. Lo mínimo que debería exigirse desde la academia es que sean más serios con las fuentes de datos. Si la DME maneja los costes de atención al 2010, ¿porqué no hizo lo mismo con la cantidad de cotizantes y utiliza datos del 2008?
Todo este cálculo no menciona, por ejemplo, los costes en los que se hace incurrir a la Caja por parte de personas nacionales. Como ya demostramos, los servicios de consulta externa son usados, proporcionalmente, en mayor medida por costarricenses. Hay un claro sesgo de culpabilización a la migración. Además la redacción induce a una conclusión totalizadora en un lector poco avispado. “Ese mismo año, la institucipon tuvo una pérdidad por ¢4.839 millones.” Ese es la diferencia mencionada arriba, pero la misma redacción deja el sentir en el aire de que el 100% de las pérdidas fueron ocasionadas por la demanda de atención médica del migrante. Si esto fuera así, resultaría que la demanda de costarricenses sólo se da por personas cotizantes. Si el 33% de las personas nacionales que trabajan no usaran los servicios de la Caja, entonces: a) O ese 33% no se enferma 0 b) ese 33% hace uso de los servicios privados de salud. ¡Otra maravilla del sistema! Y pido disculpas por las salidas sarcásticas, pero ya a estas alturas en difícil mantener las formas serias que exige el discurso.