George Rodríguez EP. Un oficial de la venezolana Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) denunció, este miércoles, en la Organización de los Estados Americanos (OEA), que personal de esa dependencia tortura a presos políticos.
En la sesiones de tortura participarían agentes de inteligencia de Cuba, indicó el teniente Ronald Dugarte, durante una Sesión Especial del Consejo Permanente de la OEA.
El testimonio de Dugarte -que incluyó la proyección de material audiovisual grabado clandestinamente- fue parte de la presentación, por parte de la exiliada abogada venezolana Tamara Suju, de un informe sobre la denunciada aplicación de tortura en el marco de la represión antiopositora que mantiene el régimen del cuestionado presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Dugarte proyectó, durante su participación, imágenes de presos políticos quienes, según el testimonio, son mantenidos –con las manos amarradas hacia atrás y los ojos vendados- en espacios sin iluminación, como una de las formas de tortura.
Las víctimas también son sometidas a castigos extremos tales como ahogamiento mediante la colocación de bolsa plástica cubriendo la cabeza, colgamiento, descargas eléctricas y golpes en zonas particularmente sensibles, además de la inyección de sustancias cuya composición se desconoce, aseguró.
Las sesiones de tortura son presenciadas por personas cuyo acento indica que se trataría de ciudadanos cubanos, señaló, asimismo.
Dugarte dijo que obtuvo testimonios que le fueron proporcionados por víctimas de tales castigos.
El teniente indicó, asimismo, que, entre otras labores, personal de inteligencia cubana instruye, a sus contrapartes locales, en la realización de tareas específicas.
“La milicia de inteligencia cubana realiza operaciones mixtas entre militares venezolanos y cubanos”, relató Dugarte, quien agregó que los agentes extranjeros “dan órdenes de cómo realizar el trabajo de inteligencia”.
Por su parte, Suju, quien reside, en calidad de exiliada, en la República Checa, informó que el Instituto Casla, con sede en Praga, la capital checa –entidad de la que es directora ejecutiva- ha registrado, en lo que va de este año, casi medio centenar de casos de tortura –con por lo menos ocho víctimas fatales-.
“La represión sistemática, y la comisión de crímenes de lesa humanidad, han marcado, este primer trimestre del 2019, como el más duro y cruel” en Venezuela, dijo, además de que denunció que, entre los torturados figuran adolescentes en el grupo etario de 13 a 16 años.
Al participar en la sesión, el secretario general de la OEA, ex canciller uruguayo Luis Almagro, dijo que, de acuerdo con estimaciones de la organización continental, en Venezuela se cuenta “cientos de personas con torturas psicológicas y físicas sádicas, incluyendo golpizas, descargas eléctricas, asfixia, violación, y otra forma de violencia sexual en contra de hombres y mujeres”.
Respecto a Cuba, en particular, Almagro aseguró que “el régimen cubano lleva años interviniendo en los asuntos internos (de Venezuela)”.
El Instituto Casla es un centro checo de estudios latinoamericanos.
Venezuela registra, hace por lo menos cuatro años, una masiva crisis humanitaria, política, y de seguridad que ha generado el éxodo que, según diversos cálculos, han emprendido alrededor de 3.5 millones de personas quienes, vía terrestre, se han desplazado a países sudamericanos tales como los limítrofes Brasil y Colombia, lo mismo que a otras naciones del área, tales como Ecuador Perú.
Además de la represión antiopositora por parte del régimen madurista, los migrantes denuncian, entre otros factores causantes del éxodo, la masiva escasez de alimentos básicos y medicinas, el marcadamente bajo poder adquisitivo de los salarios, y la generalizada falta de oportunidades.