Venezuela: canciller costarricense viaja a Ecuador para participar en reunión de Grupo de Contacto

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George Rodríguez EP. El canciller costarricense, Manuel Ventura, viajó, este miércoles, a Ecuador, para participar, un día después, en la segunda reunión del Grupo Internacional de Contacto (GIC) sobre Venezuela, informó la cancillería de Costa Rica.

“Este encuentro permitirá trabajar sobre las conclusiones de las labores realizadas por los grupos establecidos para el análisis de la asistencia humanitaria y el proceso electoral en Venezuela. Además, para establecer las recomendaciones y los pasos a seguir a partir de las mismas”, indicó el ministerio, en un comunicado.

En su condición de país que, hace siete décadas, abolió su ejército, Costa Rica promueve que la crisis que afecta a Venezuela sea resuelta por la vía pacífica, señaló.

El país centroamericano “ratifica su compromiso con los medios políticos y diplomáticos, y como democracia desarmada, reitera su apoyo a un proceso de transición pacífica sin el uso de la fuerza en Venezuela”, precisó la cancillería, en el texto de seis párrafos.

El cierre de su primera reunión –llevada a cabo el 7 de febrero, en Montevideo, la capital de Uruguay-, el GIC la acordó establecer comunicación con las partes involucradas en la crisis venezolana, y se comprometió a movilizar ayuda humanitaria hacia ese país.

“Se dispuso el mandato de establecer comunicación con las partes y construir un entendimiento común para apoyar una resolución pacífica, política, democrática y de los propios venezolanos a la crisis”, expresaron los participantes en el encuentro, en la declaración de cierre de las deliberaciones iniciales.

Para ello, el GIC trabajará según el Mecanismo de Montevideo, iniciativa que –propuesta por los gobiernos de México y Uruguay, y de los quince países integrantes de la Comunidad del Caribe (Caribbean Community, Caricom), privilegia el diálogo en procura de lograr solución, integral y duradera; a la crisis que afecta a Venezuela.

Los 17 promotores del mecanismo indicaron, en un comunicado conjunto que emitieron el 6 de febrero, que la iniciativa está “a disposición de los actores venezolanos como una alternativa pacífica y democrática que privilegia el diálogo y la paz, para fomentar las condiciones necesarias para una solución integral, comprehensiva y duradera”.

En el marco de su voluntad de hallar solución a la crisis venezolana, “el GIC confirmó su disposición para trabajar con el Mecanismo de Montevideo con el propósito común de lograr una solución pacífica y democrática”, señaló el grupo birregional, en la “Declaración final”.

Por encima de la variedad política que caracteriza al grupo, el objetivo compartido por todos los países integrantes consiste en la solución pacífica, política, y democrática de la dramática situación venezolana, de acuerdo con lo indicado en el texto de siete párrafos contenidos en una página.

“Si bien se asume que hay posiciones políticas diversas, todos los países del GIC comparten un mismo objetivo, enunciado en esta Declaración”, aclararon.

Los participantes en el encuentro se comprometieron, además, a priorizar la ayuda humanitaria internacional a Venezuela, algo a lo cual el gobierno del nacional e internacionalmente cuestionado presidente de ese país, Nicolás Maduro, se opone inflexiblemente.

“El Grupo expresa asimismo su compromiso para movilizar más asistencia en áreas que sean requeridas para aliviar la situación humanitaria en Venezuela”, señalaron.

Estados Unidos ha ofrecido ayuda humanitaria –medicinas, alimentos, insumos médicos- por valor de 20 millones de dólares, pero Maduro ha asegurado que no permitirá el ingreso de esos cargamentos, por considerar que ello marcaría el preludio a una intervención militar estadounidense en Venezuela, y porque el país no está mendigando asistencia.

La primera reunión del GIC se llevó a cabo un día después de que los cancilleres Rodolfo Nin Novoa (Uruguay) y Marcelo Ebrard (México) anunciaron, en la capital uruguaya, que, durante la primera reunión del grupo, se abordaría la propuesta de “Mecanismo de Montevideo”.

Esta iniciativa consiste en un proceso en cuatro fases: diálogo inmediato, negociación, compromiso, e implementación, explicaron, en conferencia de prensa posterior a la reunión que desarrollaron el 6 de febrero.

El diálogo apunta a generar condiciones para el contacto directo con los principales actores –el gobierno de Maduro, y la oposición-, mientras que la negociación es el instrumento para la identificación de puntos de coincidencia -para la flexibilización de las, hasta ahora, intransigentes posiciones- y de potenciales acuerdos, precisaron.

El componente de compromiso se refiere a la efectiva construcción y suscripción de acuerdos, al tiempo que la implementación se refiere a la materialización de los compromisos a los que lleguen las partes, e implica acompañamiento internacional.

Inmediatamente después de lo anunciado el 6 de febrero por ambos cancilleres, Maduro anunció, en la red social Twitter, que “suscribimos su propuesta de 4 Fases para el Diálogo en Venezuela. Estamos listos para participar en una agenda abierta de entendimiento por la Paz”.

El GIC está integrado por ocho países europeos y cinco latinoamericanos.

Los miembros europeos son Alemania, España, Francia, Holanda, Italia, Portugal, Reino Unido, y Suecia, al tiempo que los latinoamericanos son Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México, y Uruguay.

Costa Rica también es parte del Grupo de Lima, bloque americano que integra junto con Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Granada, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, y Perú.

El Grupo de Lima toma su nombre de la capital de Perú, ciudad en la que fue creado, el 8 de agosto de 2017, para dar seguimiento, y buscar solución pacífica, a la crisis venezolana.

Esa dramática situación humanitaria, política, y de seguridad ha generado el éxodo que, de acuerdo con diversos cálculos, han emprendido alrededor de 3.5 millones de personas quienes, vía terrestre, se han desplazado a países sudamericanos tales como los limítrofes Brasil y Colombia, lo mismo que a otras naciones del área, tales como Ecuador y Perú.

Además de la represión antiopositora por parte del régimen madurista, los migrantes denuncian, entre otros factores causantes del éxodo, la masiva escasez de alimentos básicos y medicinas, el marcadamente bajo poder adquisitivo de los salarios, y la generalizada falta de oportunidades.

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