George Rodríguez EP. La crisis que afecta a Venezuela se ha agudizado a causa de las sanciones aplicadas a ese país, lo que hace que la dramática situación haya llegado a niveles alarmantes, planteó, este miércoles, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet.
Ello, en contexto de violaciones a los derechos humanos que presenta el caribeño país sudamericano, aseguró Bachelet, en la 40 Sesión del Consejo de Derechos humanos de las Naciones Unidas, que se lleva a cabo en la ciudad suiza de Ginebra, al presentar el Informe Anual de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos.
Al referirse puntualmente a la crisis venezolana, la comisionada aseguró que “esta situación ha sido exacerbada por las sanciones”, motivo por el cual “la actual crisis política, económica, social, e institucional resultante es alarmante”.
Las principales sanciones estadounidenses han incluido medidas financieras impuestas por el Departamento del tesoro de Estados Unidos contra figuras allegadas al cuestionado presidente venezolano, Nicolás Maduro, incluida Cilia Flores, esposa del mandatario.
El caso de Venezuela demuestra, asimismo, que las violaciones a los derechos humanos deterioran la situación socioeconómica de las personas, precisó Bachelet.
“La situación en Venezuela ilustra, claramente, la manera en la que las violaciones de los derechos civiles y políticos –incluida la no defensa de las libertades fundamentales y la independencia de las instituciones clave– pueden acentuar un declive de los derechos económicos y sociales”, señaló.
A su vez, el empeoramiento de la situación socioeconómica de la población genera un círculo vicioso de protesta antigubernamental y represión antiopositora, dando lugar a mayores violaciones a los derechos humanos, agregó.
La crisis “muestra, también, cómo el rápido deterioro de estas condiciones económicas y sociales da lugar a un número aún mayor de protestas, a una represión aún más grande, y a nuevas violaciones de los derechos civiles y políticos”, advirtió, la funcionaria internacional, quien participará en la sesión que el consejo proyecta llevar a cabo el 20 de marzo, para abordar, específicamente, el tema de la crisis venezolana.
La sesión de hoy marcó la primera presentación del informe mundial anual por parte de Bachelet desde su elección, el 10 de agosto de 2018, por aclamación de los 193 países que integran la Asamblea General de las Naciones Unidas, como titular de la Oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh).
La ex presidenta (2006-2010., 2014-2018) sucedió en ese cargo al jordano Zeid Ra’ad al Hussein, quien desempeñó el cargo desde 2014.
Bachelet es una médica socialista quien, al inicio de la dictadura militar de Chile (1973-1990), encabezada por el general Augusto Pinochet, fue detenida y torturada, tras lo cual permaneció cuatro años exiliada, primero en Australia y luego en la ex República Democrática Alemana –que también fue conocida como Alemania Oriental o Alemania del Este-.
La Oacnudh, con sede en Ginebra, y una oficina en la sede central de Naciones Unidas, en la nororiental ciudad estadounidense de Nueva York, fue creada 1993.
Las funciones asignadas a la persona quien se desempeñe al frente de la Oacnudh incluyen la de actuar como líder del movimiento internacional de los derechos humanos y ser portavoz de las víctimas de violaciones a las garantías fundamentales.
También debe formulas declaraciones y llamados públicos en situaciones de crisis en materia de derechos humanos.
La crisis socioeconómica, política, y de seguridad venezolana ha generado el éxodo que, de acuerdo con diversos cálculos, han emprendido por lo menos 3.5 millones de personas quienes, vía terrestre, se han desplazado a países sudamericanos tales como los limítrofes Brasil y Colombia, lo mismo que a otras naciones del área, incluyendo Ecuador y Perú.
Además de la represión antiopositora por parte del régimen madurista, los migrantes denuncian, entre otros factores causantes del éxodo, la masiva escasez de alimentos básicos y medicinas, el marcadamente bajo poder adquisitivo de los salarios, y la generalizada falta de oportunidades.
