Si por la víspera se saca el día, el acuerdo del Presidente electo para crear un gobierno de unidad nacional con el resto de los partidos, está saliendo mejor de lo esperado.
La elección de Carolina Hidalgo como Presidente de la Asamblea Legislativa y otras 4 mujeres en el directorio Legislativo, demuestra y llena de esperanza a un pueblo que estaba harto de rencillas, odios heredados y reticencias muchas veces infundadas.
Aparte de los pocos perdedores que se niegan a aceptar que el partido de su preferencia no ganó la elecciones y quieren llevar la contraria a lo que sea; el resto muestra tolerancia, respeto y hasta cierta delicadeza para no llegar con los tacos de frente ante la iniciativa de unidad necesaria y dejar de ser el país ingobernable en el que se había convertido Costa Rica.
Este consenso tan atípico en nuestra arena política, airea la democracia, devuelve de cierta manera la tranquilidad y fe en nuestro sistema y las diferentes luchas que de manera preponderante se deben enfrentar más allá de colores políticos.
Por otro lado, la iniciativa de Patricia Mora por declarar la violencia contra la mujer como emergencia nacional marca también un hito en la lucha para erradicar lo más pronto posible, todos los malos tratos que a diario sufren miles de mujeres en nuestro país.
Aunado a esto, si tomamos en cuenta que la mayor parte de puestos en el gabinete fueron designados a mujeres; a todas luces, la verdadera protección de la familia, las mujeres y demás poblaciones vulnerables se encuentran representadas de la mejor manera.
El nombramiento de Edgar Mora Altamirano graduado de Harvard University y con amplia experiencia como alcalde de Curridabat, también denota una preocupación real para llevar al país a buen puerto con el gobierno del Bicentenario.
Más allá de los ataques viscerales en donde hemos tenido que escuchar barbaridades como las expresadas por Fabricio Alvarado quien preso de rencor y falta de raciocinio, llamó al gobierno que ni siquiera ha tomado posesión como: “corrupto, irresponsable, promotor de la muerte y destructor de la familia”; queda demostrado cómo la Divina Providencia nos salvó de ser gobernados por alguien que piensa y actúa con el hígado más que con inteligencia y prudencia.
Esperamos que a pesar de las difíciles decisiones que deba tomar, este gobierno siga manteniendo la hidalguía que ha demostrado hasta el momento para que enfrente retos impostergables y la deuda con los cientos de miles que le eligieron con ilusión y responsabilidad.
Los ataques que lanzan diestra y siniestra los invivibles, también deben ser tomados en cuenta aunque como retroalimentación. Al enemigo es preferible tenerle cerca.
Poco a poco se va observando de qué madera están hechas todas las partes involucradas en los tres Poderes del Estado.
Mal haríamos en no colaborar en todo lo que nos sea posible para ayudar al subsecuente desarrollo que implica una agenda de unidad nacional y desear lo mejor al gobierno que a partir del 8 de mayo comenzará a regir el destino de Costa Rica por 4 años.
Nunca es tarde cuando la dicha es buena, las condiciones están dadas, es ahora o nunca.