Geovanny Jiménez S. Costa Rica estuvo muy cerca de asegurar su clasificación a la seguiente ronda del Campeonato Mundial de Fútbol Sub-17 en un épico juego contra Rusia, el rival más duro de el grupo que forman además Suráfrica y Corea del Norte.
Crónica de un juegazo. Durante el primer tiempo del juego contra Rusia, la selección infantil de Costa Rica dominó con habilidad e individualidad ante un equipo ruso cerrado, un poco torpe y que se llenaba de faltas en los primeros diez minutos.
El árbitro chileno Roberto Tovar no dudó pitar al minuto once un penal a favor de Costa Rica, cuando Kevin Masís fue derribado en el área, pero el jugador Sergio Ramírez hizo un tiro flojo a la izquierda del portero ruso Aleksandr Maksimenko, quien adivinó la trayectoria y rechazó.
Desde ahí, el partido pasó un trámite parejo, sin supremacía de ninguno de los dos equipos, pero los rusos empezaron a tener más coherencia de ataque entre el minuto 20 y 30 del primer tiempo, pero el equipo tico no cesó en sus oportunidades de ataque y con una buena presión al medio campo ganó varias bolas que terminaron en peligro y algunos tiros sin éxito.
Un juego entretenido, en el que Costa Rica nunca se dio por menos, con orden, elegancia y buena ubicación, pero que había perdido oportunidad de oro para ir ganando. Así, el empate a cero goles cerró el primer período.
Para el segundo tiempo, las acciones crecieron y los rusos empezaron a imponer un roce brusco gracias a su supremacía física, pero los ticos no se mermaron y aunque al principio enfrentaron con gallardía el roce -permitido por un inconsistente árbitro-, luego optaron por la habilidad y el empeño, así como el acompañamiento, que lograron recuperar el balón para el equipo nacional.
Los muchachos rusos empezaron a desesperarse y empujaron fuerte pero el arquero Alejandro Barrientos -bien ubicado- logró controlar los tiros, pero en una carrera del impresionante Barlon Sequeira -humilde, ágil y esforzado- llegó un buen centro que concluyó con el gol de Sergio Ramírez al minuto 71, quien se reivindicaba después del penal.
A estas alturas la emoción del partido ya estaba al tope y el gol cayó con un sentimiento de algarabía y pecho lleno.
Pero los rusos volvieron a la carga y la buena defensa nacional tuvo que hacer aguas en varias oportunidades, mientras los rusos se desesperaban aún más. Parecía el preámbulo de lo que serían los últimos diez minutos.
El equipo costarricense, sin cambios a esta altura, sostenía firme el resultado, pero al 81 un remate y una desatención en defensa terminaron por permitir el empate ruso. Entonces entró Javier Camareno de Liberia como ajuste del director técnico Herrera.
Mientras los roces continuaban, ya el minuto cuarenta se acercaba y ambos equipos intentaban los últimos arrebatos, con una diferencia: Rusia atacaba con más jugadores y Costa Rica procuraba defenderse. En eso los nacionales hacen otro cambio de tiempo en el 88 mientras en defensa reforzada Rusia no podía anotar. Y al 89 sale el mejor: Sequeria y quedaba claro que el entrenador tenía solo un objetivo: preservar el empate. Pero el árbitro puso 4 minutos de reposición.
Costa Rica intentó arrebatos inconsistentes adelante, pero Rusia seguía con la iniciativa. Cuatro minutos después un resultado justo para un juegazo.
Primer escalón había sido unos días antes. En el primer partido la selección infantil costarricense había ganado al equipo de Suráfrica, en un partido donde el dominio tico pudo dar para más goles y finalmente la ventaja se dio por un penal inexistente.
En esa apertura, el grupo del “Popeye” Herrera, entranador uruguayo radicado en Costa Rica, prometía mejores cosas cuando dominaron a un timorato equipo africano, sin embargo, no aprovecharon todas las oportunidades con goles.
El siguiente partido será contra Corea del Norte, partido donde se decidirá la clasificación definitiva. A primera hora Suráfrica empató con Corea del Norte, por lo que deja a Rusia y Costa Rica con 4 puntos en primer lugar.
Así las cosas, Costa Rica lo logrará solamente con empatar el próximo domingo ante Corea del Norte en Puerto Montt. Los jóvenes de Costa Rica prometen mucho más.