Redacción – La rápida evolución de la tecnología ha llevado a una creciente generación de residuos electrónicos, lo que representa un desafío ambiental significativo. Por ello, la empresa de telecomunicaciones Claro y la Universidad San Marcos se han unido para implementar una campaña de reciclaje de aquellos de dispositivos que han cumplido con su vida útil.
Así, a partir del 22 de mayo, los usuarios tendrán la oportunidad de entregar sus artefactos electrónicos en desuso, como celulares, módems, tabletas, cables USB, audífonos, baterías, teclados y cargadores, en los contenedores que se encuentran ubicados en las sedes de la Universidad San Marcos: Sede San José Centro, Sede City Mall Alajuela, Sede Paseo de las Flores en Heredia y en la Sede de Liberia en Guanacaste. Asimismo, todas las tiendas de Claro, alrededor del país, contarán con su respectivo depósito para la recepción de los residuos electrónicos.
El objetivo de esta alianza es mitigar el impacto negativo que este tipo de desecho pueda generar y, a su vez, contribuir a la reducción de las cifras alarmantes reveladas por las Naciones Unidas, donde Costa Rica figura como uno de los países que más residuos electrónicos genera, con un promedio de 13,2 kilogramos por persona.
“Para Claro es muy importante poder generar estas alianzas que nos permiten aumentar el alcance de la recolección de residuos eléctricos y electrónicos, para aportar de forma directa a la construcción de sociedades más prósperas y responsables con el medio ambiente y la sostenibilidad”, comentó Leonel Ahrens, Gerente de Mercadeo de Claro Costa Rica.
Por su parte, Eugenia Pérez, Coordinadora de extensión e Internacionalización de la Universidad San Marcos indicó que “Como institución de enseñanza, comprendemos la importancia de educar y promover la necesidad de reducir, reutilizar y reciclar responsablemente los recursos, incluidos los dispositivos electrónicos. Por medio de este tipo de alianzas y acciones concretas, nos esforzamos por promover una cultura de consumo consciente y sostenible entre nuestros estudiantes, personal y colaboradores, pero también en la población en general.”
Sin duda, contar con espacios que faciliten y guíen a las personas hacia una forma apropiada de cómo deshacerse de la “basura” tecnológica permite que se disminuya la cantidad de residuos mal manipulados, de manera que se pueda mitigar el impacto ambiental y proteger la salud de las comunidades locales y globales.