Sin presencia de prensa, fiscalía y defensa debatieron delitos y tiempo de condena para sospechoso en asesinato de brasileña en Nicaragua

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George Rodríz EP. El Ministerio Público de Nicaragua y la defensa del detenido como sospechoso de haber asesinado a una estudiante universitaria brasileña debatieron, en una audiencia a las que no se dio acceso a medios de comunicación, los delitos que se tipificaría al acusado y la pena a la que eventualmente sería condenado.

De acuerdo con una versión periodística local conocidas este viernes, durante la audiencia preliminar llevada a cabo dos días antes, el detenido, a quien las autoridades han identificado como Pierson Gutiérrez Solís, admitió la comisión del delito.

En un contexto de falta de precisión, por parte de las autoridades, en cuanto a detalles del caso, el diario matutino local La Prensa indicó que “el empleado de la estatal Petróleos de Nicaragua (Petronic), Pierson Guitiérrez Solís, de 42 años, admitió el 1 de agosto —feriado en Managua— después de una audiencia preliminar a puerta cerrada, haber matado a la brasileña Raynéia Gabrelle Da Costa Lima Rocha, estudiante de sexto año de Medicina en la Universidad Americana (UAM)”.

El Ministerio Público presentó la acusación por homicidio y portación ilegal de arma de fuego –fusil marca Colt modelo Carabine M4, de uso exclusivamente policial y militar-, y solicitó, para el primer delito, la pena de 15 años de prisión, mientras que para el segundo solicitó un año.

Por su parte, el abogado Walter Erick Solís, defensor del detenido, planteó penas, respectivamente, de 10 años –la mínima para ese delito- y un año de prisión.

Dado que los medios no tuvieron acceso al debate, se desconoce si alguna representación de la parte de la víctima estuvo presente, así como si, por tratarse de una ciudadana de Brasil, funcionarios de la embajada de ese país sudamericano en Nicaragua participaron en la audiencia.

La fecha de la audiencia para determinar la eventual condena, tampoco se conoce.

Según la información, el Ministerio Público presentó la versión de que la brasileña Raynéia Gabrielle Lima fue blanco de disparos, la noche del 23 de julio, por la manera en que conducía el vehículo en el que se transportaba.

“La Fiscalía apareció con una increíble acusación donde culpa a la joven de haber provocado su muerte por conducir de forma ‘descontrolada y con actitud sospechosa’”, lo que, según la acusación,  motivó a Gutiérrez, quien departía en ese momento con dos agentes de seguridad privada, en un sector de Managua, a disparar contra la universitaria, quien, según la versión oficial, “supuestamente andaba perdida en la zona, se estacionaba, luego aceleraba bruscamente”, indicó La Prensa.

Esa suación, según el mismo relato, hizo que los agentes de seguridad privada expresaran, a Gutiérrez, que temían por sus vidas, agregó el periódico, que describió la versión oficial del incidente como “un fantasioso relato”.

“Debido al comportamiento y movilización errática del vehículo que conducía la víctima (…) los guardas dijeron al procesado que ese carro lo miraban sospechoso”, por lo que “expresaron sentir que sus vidas estaban en peligro”, a causa de incidentes ocurridos días antes en ese sector, en el marco de la violenta crisis sociopolítica que golpea a Nicaragua, señaló La Prensa, citando lo afirmado oficialmente.

Fue entonces que Gutiérrez comentó a sus interlocutores que, en su vehículo, portaba el fusil, arma que disparó reiteradamente contra la víctima, en virtud de que la joven conducía a alta velocidad, de acuerdo con lo indicado en la acusación.

Desde que ocurrió el incidente, las versiones oficiales –inicialmente, la difundida por la Policía Nacional- sobre el caso han presentado confusión, por lo que han sido objeto de cuestionamientos.

En declaraciones publicadas el 29 de julio –seis días después del homicidio-, expertos en seguridad señalaron contradicciones entre los dos escuetos comunicados policiales que marcaron la primera información oficial referida al caso.

También formularon interrogantes respecto al hecho de que se desconozca el paradero del novio de Lima, quien la trasladó, herida y aún con vida, a un hospital capitalino.

“La Policía está enredada en su propia trampa”, dijo Roberto Cajina, consultor civil en seguridad, defensa y gobernabilidad democrática, y dijo que la versión contenida en esos comunicados de la Policía Nacional, emitidos en el lapso de tres días, “no es absolutamente confiable ni para nosotros, los nicaragüenses ni para los compañeros de la joven estudiante de Medicina ni para el Gobierno de Brasil”.

Los textos, de tres párrafos cada uno, emitidos respectivamente el 24 de julio –día siguiente al homicidio- y 27 de julio –cuando se informó de la captura de un sospechoso del crimen-.

En el primer caso, la policía explicó que Lima se desplazaba en un automóvil, por el sector capitalino de Monserrat, el 23 de julio, aproximadamente a las 2330, cuando “un Guarda de Vigilancia Privada, en circunstancias aún no determinadas, realizó disparos con arma de fuego, uno de los cuales le impactó ocasionándole heridas. Fue trasladada al Hospital Militar Escuela Alejandro Dávila Bolaños donde falleció”.

La policía informó entonces que el autor de los disparos, cuya identidad no fue inicialmente revelada, era investigado, y precisó que Lima se desempeñaba como médica interna en el  Hospital Policial “Carlos Roberto Huembes” de la Policía Nacional.

En el segundo caso, indicó que “fue capturado Pierson Gutiérrez Solís, 42 años de edad, presunto autor de los disparos (…) a quien le fue ocupado arma de fuego, tipo carabina M 4”.

En este comunicado, no se determinó la ocupación del detenido, pero la mención del arma –de uso exclusivamente policial y militar- generó la sospecha de que se tratase de un efectivo de seguridad.

En declaraciones que formuló al periódico matutino local El Nuevo Diario, el vocero del Ejército de Nicaragua, coronel Manuel Guevara, estableció distancia entre el sospechoso y la fuerza armada, al asegurar que “Pierson Adán Gutiérrez Solís, desde el 5 de agosto de 2009, dejó de prestar servicio en el Ejército de Nicaragua. Desde esa fecha, no ha tenido relación con la institución militar”, y al reafirmar que “a partir de esa fecha no hemos tenido ningún tipo de relación con esta persona”.

Por su parte, conocidos del detenido dijeron, bajo anonimato, al diario, que no estaban al tanto del pasado militar de Gutiérrez, de quien sabían que se desempeñaba como instructor de taekwondo en una escuela en la capital, y una de ellas afirmó que el detenido “nunca portó arma”.

La crisis que convulsiona hace más de tres meses a Nicaragua, presenta saldo provisional de casi 450 víctimas fatales, así como más de dos mil heridos, detenidos, y desaparecidos, y daño en gran escala en la economía nacional.

La situación se originó, el 18 de abril, en el decreto presidencial que apuntaba a reformar el sistema de pensiones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).

El retiro del decreto, días después, determinó que la masiva protesta popular se enfocase en la actual exigencia de que Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, renuncien a sus respectivos cargos.

La respuesta de la pareja gubernamental ha consistido en intensificar la represión policial y parapolicial antiopositora.

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