Desde Indiana Estados Unidos, expreso mi apoyo, solidaridad, respeto y admiración a Hernán, Ricardo, Astrid, Luis Diego, Rosibel, Andrés, David, Víctor, Sara y Janeth, quienes con una huelga de hambre tratan de persuadir a la señora Presidenta para que revoque el decreto que declaró de conveniencia nacional el proyecto minero de las Crucitas.
La lucha por los recursos naturales, contra el calentamiento global, por las futuras generaciones, por la recuperación del prestigio del país como baluarte en la protección del ambiente, vale la pena muchos sacrificios. Pero espero que el Gobierno comprenda que ese sacrificio no puede llegar al extremo de poner en peligro la salud y la vida de nadie. Seria una demostración enorme de insensibilidad y de irrespeto a la vida de los y las costarricenses, si el Gobierno no reacciona y al menos invita a dialogar a estos héroes del ambiente.