Rogelio Arce Barrantes.
La política, como arte de ver soluciones y alternativas, es subyugante; como modus vivendi es odiosa. A mí me gusta la política...
Hablar hoy por hoy de comunismo, de socialismo o de liberalismo, es una verdadera ausencia de sentido común; lo que el mundo necesita es la búsqueda del bien común, aunque a muchos les moleste. Con el capitalismo desbocado, hasta los organismos prestatarios multinacionales han perdido sentido.
Hace escasos ocho meses, jugaban a full house los Arias en el mundo liberacionista, pese al desgaste de casi seis años, seguían teniendo la sartén por el mango. En menos de una vuelta de año viejo a año nuevo, el dramatismo con que Rodrigo lanzo las cartas fue más patético que realista.
No debemos confundir lo moral con lo legal, aunque deberían caminar de la mano, ambas disciplinas usualmente viven divorciadas en la práctica. La justicia no tiene remilgos, sencillamente se basa en la constitución, leyes y códigos vigentes; no se preocupa por los cambios de apreciación de la moral en sí misma. Normalmente los abogados y más específicamente los jueces, no se ven afectados por los puntos sensibles de las leyes y su aplicación, se forman de esa manera.
No podemos abandonar el sector agropecuario por poco rentable, es la base de la subsistencia, con dinero solo no se come. Hablo de grandes reformas en el sector agropecuario, donde el gobierno que venga deberá tender la mano a los productores para protegerlos, no con cargas arancelarias sino con justicia comercial, donde el grueso del dinero no se quede en manos de los intermediarios como ha sido la costumbre.