George Rodríguez EP. El aislamiento internacional del régimen encabezado por el cuestionado presidente venezolano, Nicolás Maduro, debe fortalecerse, para que finalice ese gobierno autoritario, planteó, este sábado, el presidente colombiano, Iván Duque.
“Esa dictadura debe terminar, esa dictadura debe llegar a su final, y nosotros necesitamos que se afiancen las sanciones, el cerco diplomático, y todos los instrumentos humanitarios en el derecho internacional, para que llegue a su fin esa dictadura”, planteó Duque, luego de reunirse con un grupo de legisladores estadounidenses, en la norteña ciudad portuaria colombiana de Cartagena.
El mandatario también se refirió al constante éxodo de quienes abandonan Venezuela, hacia países sudamericanos –principalmente, Colombia-, huyendo de la dramática situación humanitaria que golpea a buena parte de los aproximadamente 30 millones de venezolanos.
El fenómeno migratorio venezolano constituyó uno de los temas centrales del diálogo que Duque desarrolló con una decena de congresistas estadounidenses, en la caribeña ciudad colombiana, uno de los principales centros turísticos del país.
El presidente dijo que aproximadamente la cuarta parte de los casi cuatro millones de migrantes venezolanos está en Colombia, país que, con Venezuela, comparte frontera terrestre de 2,341 kilómetros.
“Colombia, en medio de las dificultades, ha sido un país que ha garantizado asistencia en salud, educación, seguridad”, a los migrantes salidos de Venezuela, señaló Duque, y agregó que se proporciona asistencia, a esas personas, “con todo y que eso ha traído importantes efectos fiscales”, pero “lo hacemos porque los hermanos venezolanos están huyendo de una crisis de pauperización total de la sociedad”.
El presidente se reunió con los congresistas estadounidenses Mike Johnson, David Joyce, Kevin McCarthy, John Ratcliffe, Guy Reschenthauler, Mike Rogers, Tim Scott, Mac Thornberry, Peter Welch, y Steve Womack.
Se trató del segundo encuentro en cuatro días, con autoridades de Estados Unidos, ya que el 14 de abril tuvo un encuentro, en la oriental ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, con el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.
La visita de Pompeo se enmarcó en una gira que, del 11 al 15 de abril, llevó a cabo por cuatro países sudamericanos –Chile, Paraguay, Perú, Colombia-, para abordar, como tema central, la situación venezolana.
Cúcuta es uno de los lugares fronterizos con Venezuela en los que se almacena la ayuda humanitaria que Estados Unidos está destinando a los venezolanos más afectados por la crisis, pero que Maduro se niega a recibir.
Esta semana, sin embargo, Maduro autorizó el ingreso de algunas toneladas de ayuda de emergencia trasladadas, al caribeño país sudamericano, por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Venezuela registra, hace por lo menos cuatro años, una masiva crisis humanitaria, política, y de seguridad que ha generado el éxodo que, según diversos cálculos, han emprendido alrededor de 3.7 millones de personas quienes, vía terrestre, se han desplazado a países sudamericanos tales como los limítrofes Brasil y Colombia, lo mismo que a otras naciones del área, incluidos Ecuador Perú.
Además de la represión antiopositora por parte del régimen madurista, los migrantes denuncian, entre otros factores causantes del éxodo, la masiva escasez de alimentos básicos y medicinas, el marcadamente bajo poder adquisitivo de los salarios, y la generalizada falta de oportunidades.
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