George Rodríguez EP. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, felicitó sinceramente, a su colega de Estados Unidos, Donald Trump, por el 242 aniversario de la independencia estadounidense, en una carta que el gobierno nicaragüense dio a conocer este miércoles.
“A nombre de nuestro pueblo y de nuestro gobierno de reconciliación y unidad nacional, extendemos a usted, su pueblo y su Gobierno, nuestras sinceras felicitaciones”, indicó Ortega.
El texto fue fechado el 3 de julio –la víspera de la celebración-.
El mandatario aseguró, asimismo, que “Nicaragua, un país pequeño en el Centro de América, con plena confianza en Dios, trabaja por la paz, la seguridad, y por la vigencia plena de todos los derechos ciudadanos”.
El texto fue dado a conocer mientras Nicaragua es escenario, hace algo más de dos meses, de una violenta crisis política en cuyo marco la administración de Ortega es acusada, por sectores de sociedad civil locales y organizaciones internacional, de estar violando los derechos humanos, principalmente por la vía de la represión policial y parapolicial antiopositora.
La carta, en alusión a la fecha de la independencia estadounidense –el 4 de julio de 1776- fue enviada luego de que, en junio, el gobierno de Trump revocó la visa a numerosos funcionarios nicaragüenses a quienes señaló como “responsables de abusos contra los Derechos Humanos y/o por socavar la democracia en Nicaragua”.
Por otra parte, a través de su embajada en Nicaragua, la administración estadounidense planteó, a su contraparte nicaragüense, la devolución de vehículos donados a la Policía Nacional.
Ello, debido a que, según el gobierno de Estados Unidos, el uso de esas unidades, para “reprimir violentamente las voces de quienes protestan pacíficamente contra las acciones de su Gobierno”, contravino los términos de la donación.
Se trata de camionetas modelo Hilux que el gobierno usa para transportar a efectivos policiales –principalmente antimotines- y a grupos de civiles progubernamentales armados que enfrentan a manifestantes opositores.
Estallada el 18 de abril, en torno a fracasadas reformas al sistema de pensiones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), la violenta crisis política –que actualmente gira alrededor de la masiva exigencia popular de que Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, renuncien- ha cobrado por lo menos 309 vidas, y generado miles de heridos, detenidos y desaparecidos a nivel nacional.