George Rodríguez EP. La decisión del gobierno de Nicaragua de expulsar a dos grupos de trabajo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), agudiza la situación de autoritarismo que impera en ese país, indicó la noche de este miércoles, en un comunicado, la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
“La decisión tomada por el régimen de Ortega-Murillo en el día de hoy adentra aún más a Nicaragua en el terreno del autoritarismo”, denunció, en alusión al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, y advirtió que “expulsar investigadores y defensores institucionales de los derechos humanos es característico de quienes pretenden que no se haga justicia y perpetuar la impunidad”.
La Secretaría General hizo así referencia a la violenta crisis sociopolítica que hace ocho meses afecta a ese país centroamericano, coyuntura caracterizada por constante represión policial y parapolicial antiopositora.
“La situación política y de promoción y protección de los derechos humanos en Nicaragua es de prioridad absoluta, y continuaremos realizando el seguimiento y denuncia para lograr que el país regrese a la senda democrática y los crímenes sean esclarecidos, en tribunales nacionales o en la jurisdicción que pueda corresponder”, aseguró.
También responsabilizó, al gobierno, por la integridad física del personal de ambos grupos de trabajo.
“La Secretaría General de la Organización responsabiliza públicamente al Gobierno de Nicaragua por la seguridad e integridad de los miembros del GIEI, del MESENI y de su personal de apoyo hasta que los mismos puedan abandonar el país”, indicó, además de expresar que “rechaza en los términos más categóricos la decisión del Gobierno (…) de expulsar del país” a ambas entidades.
La OEA seguirá monitoreando la situación nicaragüense, y promoviendo el restablecimiento de la democracia en ese país, aseguró.
“La situación política y de promoción y protección de los derechos humanos en Nicaragua es de prioridad absoluta, y continuaremos realizando el seguimiento y denuncia para lograr que el país regrese a la senda democrática y los crímenes sean esclarecidos, en tribunales nacionales o en la jurisdicción que pueda corresponder”, señaló.
La Secretaría General de la OEA reaccionó así a la decisión gubernamental de suspender la presencia del Meseni en Nicaragua y las visitas de la CIDH a ese país, además de la expiración del plazo, el objetivo, y la misión del Giei.
Constituido en junio, el Meseni tiene, entre otros cometidos, el de monitorear, en el terreno, el estado de los derechos humanos en el país.
Por su parte, el Giei -creado mediante acuerdo entre la OEA y el régimen de Ortega, documento suscrito el 30 de mayo, en la sede de la entidad continental, en Washington-, está encargado de promover la investigación de los hechos de violencia registrados en el marco de la dramática situación nicaragüense.
La decisión gubernamental contra la CIDH, el Giei y el Meseni se enmarca en la violenta crisis sociopolítica que estalló el 18 de abril, a raíz de un fallido decreto presidencial que procuraba reformar, en perjuicio de sus afiliados, el sistema de pensiones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
Retirado el decreto, la creciente protesta generada por ese texto pasó a centrarse en la masiva exigencia popular de que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, renuncien a sus respectivos cargos –demanda que la pareja gobernante se ha negado a acatar-.
La represión policial y parapolicial con la que el gobierno viene enfrentando las manifestaciones y otras expresiones opositoras ha cobrado aproximadamente 545 vidas, generado miles de heridos, detenidos, y desaparecidos, dañado en gran escala a la economía nacional, y determinado que miles de nicaragüenses emigren, principalmente hacia la limítrofe Costa Rica -donde más de veinte mil personas han solicitado refugio-.
La represión antiopositora ha pasado de ser masiva -contra actividades opositoras públicas-, a constituirse en principalmente selectiva -mediante la captura y la desaparición de opositores quienes son blanco de búsqueda individual.