George Rodríguez EP. Los presidentes de los países del Triángulo Norte de Centroamérica –El Salvador, Guatemala, Honduras-, en particular el hondureño Juan Orlando Hernández y el guatemalteco Jimmy Morales, son responsables del masivo éxodo de familias de esos países hacia Estados Unidos, señaló, este domingo, la congresista demócrata estadounidense Norma Torres.
Ninguno de los dos mandatarios se ha preocupado por las precarias condiciones en que se encuentran miles de niños migrantes quienes, separados de sus respectivas familias, por autoridades estadounidenses, al cruzar la Frontera Sur de Estados Unidos –el límite terrestre de 3155 kilómetros, con México-, son recluidos en campos de detención, indicó Torres, en un mensaje audiovisual de 43 segundos de duración.
“Soy la congresista Norma Torres, y voy camino para Tejas, para investigar la condición que están sufriendo los niños, pero, mi pregunta es simple: en dónde están los responsables del Triángulo Norte?”, planteó, en el video que difundió en la red social Twitter.
Ni el mandatario hondureño ni su colega guatemalteco han indagado respecto a la situación de los menores, aseguró la parlamentaria opositora.
“Los presidentes como Juan Orlando Hernández, el presidente Jimmy Morales: por qué no han hecho ninguna pregunta de las condiciones de estos niños?”, preguntó, para precisar que, “la razón porque mucha familias siguen huyendo del Triángulo Norte, es por ustedes”.
Visiblemente molesta, la legisladora –nacida en la sur-central ciudad guatemalteca de Escuintla, inmigrada, a la edad de cinco años, a Estados Unidos, y naturalizada estadounidense- responsabilizó, a los gobernantes, por los casos de menores fallecidos al tratar, sus respectivas familias, de ingresar a territorio norteamericano.
“Ustedes son culpables por las muertes de estos niños”, enfatizó, para reiterar, señalando con su dedo índice derecho: “ustedes”.
Al respecto, la representante por el Distrito 35 del occidental estado de California, describió, el 27 de junio, en un breve pero preciso mensaje, en la misma red social, los centros de detención en los cuales son recluidos los niños migrantes separados de sus respectivas familias –mayoritariamente, de Honduras-.
“Continuaré buscando cualquier espacio para mejorar las condiciones para los niños quienes están sufriendo en centros de detención también conocidos como centros de tortura para niños de edad muy temprana”,
Torres aludió así a la migración que, originada en el Triángulo Norte, está llegando a la Frontera Sur estadounidense.
Para evitar riesgos -tales como asaltos, violaciones, ser víctimas de trata, además de la corrupción policial y militar- implícitos en los aproximadamente cuatro mil kilómetros entre el Triángulo Norte y la frontera mexicano-estadounidense, los migrantes han optado, a partir de octubre del año pasado, por desplazarse en grupos masivos.
Las personas se desplazan, durante semanas, caminando, la mayor parte del tiempo, y también logrando transporte en camiones y el ferrocarril mexicano popularmente conocido como “la bestia”, para cubrir el recorrido de aproximadamente cuatro mil kilómetros.
Los migrantes –mayoritariamente hondureños, y, en menores proporciones, salvadoreños y guatemaltecos- huyen de la violencia pandillera y de crimen organizado, además de las falta de oportunidades que cotidianamente enfrentan en sus países de origen.
En respuesta, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump –un implacable enemigo de la inmigración irregular-, ha militarizado el lado estadounidense de la frontera con México, y ha impedido el ingreso de decenas de miles de centroamericanos, quienes aguardan, en ciudades mexicanas limítrofes, autorización para ingresar a territorio estadounidense.
Trump ha presionado al gobierno de su contraparte de México, Andrés Manuel López Obrador, para que impida que los migrantes crucen, de sur a norte, el territorio mexicano.
La administración de López Obrador ha intensificado el control de su frontera terrestre sur, particularmente en el tramo de 962 kilómetros con Guatemala, medida que ha significado la detención de centenares de personas, por parte de la recientemente creada Guardia Nacional (GN) mexicana, quienes son regresadas a sus respectivos países de origen.
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