Allan Madriz | EP. La causa del accidente del avión ruso que se estrelló en el desierto de Sinaí en Egipto el pasado sábado, causando la muerte de 224 personas a bordo, es toda una interrogante que no ha podido ser definida todavía.
El avión que se cayó en territorio egipcio, se habría desmontado o estallado en el aire, según indicaron algunos testigos, que afirman que la nave antes de impactar con el suelo, venía ya desintegrado.
Para los expertos, el hecho de que hubiera restos del fuselaje y cuerpos en un radio de 8 km indica a priori que el A321 no golpeó el suelo en una sola pieza, sino que se habría tenido un incidente previo en el aire que causó su caída.
En principio, el mismo día del accidente, un grupo del Estado Islámico (EI) se declaró culpable de derribar el avión en represalia por los bombardeos rusos en Siria, versión que pusieron en duda tanto el gobierno ruso como egipcio.
“Alcanzar un avión a 30.000 pies de altitud, requiere gente entrenada y equipos que, por lo que yo sé, el EI no tiene, indicó Jean-Paul Trodec, exdirector del BEA, el organismo francés encargado de investigar incidentes aéreos”.
Otras de las versiones que se podrías manejar es la presencia de un artefacto explosivo dentro del avión, así como un desperfecto de la aeronave o incluso alguna falla humana.
Por su parte, la compañía rusa Kogalimavia, que operaba el avión siniestrado en el Sinaí, descartó este lunes que el accidente haya sido provocado por causas técnicas. La empresa señala que los dos motores del avión fueron revisados en Moscó el pasado 26 de octubre y no se reportó ningún inconveniente.
Mientras tanta en Egipto, un miembro integrante del Comité de investigación del siniestro, indicó que no hay indicios de que el aparato fuera golpeado desde el exterior o que el piloto realizara alguna llamada de emergencia.
Las autoridades a cargo de la investigación se han limitado a expresar que prefieren esperar a que finalicen por completo las investigaciones para poder emitir alguna causa de la caída del avión en Egipto.
La nave de la línea Kogalymavia, propiedad de Metrojet, transportaba 224 pasajeros, incluidos 25 niños, y siete miembros de la tripulación, indicaron las autoridades de la compañía.
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