Justamente 100 años después de que el dictador Benito Mussolini, paseara por Roma a sus “camisas negras”, escuadrón paramilitar a su servicio. Italia elige a Giorgia Meloni como su primera ministra; reconocida por sus políticas de extrema derecha, declaraciones en favor del creador del fascismo y su pasado en el partido neofascista de ese país.
El diputado de Nueva República, pastor y periodista, Fabricio Alvarado, aprovechó la oportunidad para defender a Meloni, arrancarle la etiqueta de posfascista y celebrar el “triunfo de la razón sobre la estupidez”.
Fabricio Alvarado mencionó que llamar neofascista a la próxima primer ministra se trata de emociones y no razones. Es un asunto del “odio que los caracteriza”, referencia a los ‘progres’ (forma despectiva para llamar a los detractores de Meloni y sus ideas).
“También son torpes. No solo reprobaron en clases de biología, también de historia”, dijo Alvarado.
¿Por qué Giorgia Meloni es sinónimo del neofacismo?
Meloni, quien acaba de ganar las elecciones para ser primera ministra, tuvo sus primeros pasos políticos de la mano del partido Movimiento Social Italiano (MSI), fundado por fascistas seguidores del dictador Benito Mussolini, en 1945.
A la política italiana también se le atribuye la controvertida frase “Mussolini fue un buen político. Es decir, que todo lo que hizo, lo hizo por Italia”, cuando apenas era una militante en el MSI hace 26 años.
Ahora, llegará a gobernar gracias al Hermanos de Italia, un hijo que le salió al Movimiento Social Italiano; un nieto del partido fascista italiano de la época de Mussolini.
Mientras Fabricio intenta quitarle las etiquetas a la próxima primera ministra en Costa Rica; Meloni hace lo suyo en Italia, desmarcándose de su pasado neofascista y rechazando las acciones de Mussolini.
Todo a pesar de la convergencia de ideas en pro del nacionalismo italiano, la extrema derecha y en contra de la Unión Europea, algo en lo que se coincide con los gobiernos de Hungría y Polonia.
Sin embargo, Meloni dice que buscará garantizar las libertades individuales y democráticas, mientras se planta contra la migración, a favor de la familia tradicional atacando a un “lobby LBGT”.
