Por Jaime Ordóñez.. Costa Rica tiene un grave problema. La pequeña y mediana empresa costarricense está en condición crítica. Sólo en los últimos 5 meses, sé de decenas de micro-empresas que han tenido que cerrar. Mientras la economía supuestamente es robusta para algunos sectores (al menos, eso nos dicen las autoridades públicas, y nos muestran indicadores en tal sentido) muchos de los pequeños desaparecen o están en a punto de cerrar.
Costa Rica se ha ido convirtiendo, lenta y sigilosamente, en uno de los países más caros de América Latina y (comparativamente, de acuerdo a su ingreso per-cápita) de muchos lugares del mundo. Esto hecho genera dos efectos perversos. En primer lugar, sus impactos inflacionarios, los cuales afectan directamente a la población, la gran mayoría clase media y media baja.