Por Salvatore Coppola Finegan.
El Reino Unido está paralizado. Últimas encuestas indican un auge a favor de que Escocia se independice. La encuesta YouGov muestra intenciones de voto reñidas (Sí 51% vs. No 49% – 2 Sept.) al igual que PanelBase (Sí 48% vs. No. 52% – 8 Sept.). Están “neck and neck”.
La clase política unionista se ha puesto a correr: de repente “cayó la peseta” de que durante este parlamento el Reino podría perder a una joya.
Durante una estadía tradicional que realiza anualmente a Balmoral – una de muchas propiedades de la Corona en Escocia– se reportó que la Reina Isabel II se encuentra “muy preocupada”. Medios de prensa y políticos la han empezado a apelar, pidiéndole que deje de lado la neutralidad histórica en temas políticos, para declararse sobre el tema. Mientras que el primer ministro conservador David Cameron y el líder de la oposición laborista Ed Miliband, salieron de emergencia para el país de la Altura en un último esfuerzo para seducir a la población. Inclusive, el ex primer ministro británico poco popular, Gordon Brown, de origen escocés, ya es otra cara de la campaña del “No”.
Pero al parecer los refuerzos llegan demasiado tarde, la reacción del público ha sido tajante en entrevistas y en RRSS: la incoherencia de Cameron al rechazar participar en debates, las fuertes medidas de austeridad impuestas por la coalición actual en contraste con las políticas sociales del parlamento escocés y la hipocresía de las elites políticas que solo viajan a Escocia en épocas de caza de lagópodos y ciervos.
La victoria del “Sí” sería un hito histórico y viendo algunos datos, no se trata de un resultado improbable. Desde el inicio del año, ha duplicado la cantidad de indecisos que ahora dicen “Sí”.
Detrás de este movimiento popular se encuentra el deseo de salvaguardar una economía que goza de óptima salud: en los últimos dos años el PIB de Escocia creció un 2,4% y el número de desempleados disminuyó en 35mil personas. Ambas cifras superan las del Reino como un conjunto. En los últimos cinco años, una Escocia independiente hubiera podido disponer de £8.3 mil millones GBP más, unos £1600 por habitante. Del 2012-2013 Escocia generó el 9.1% de los impuestos recaudados del Reino Unido, con el 8.3% de la población.
El ingreso per cápita en Escocia fueron de £10mil versus £9200 por persona en el Reino Unido como conjunto. En el 2012 Escocia se hubiera posicionado, si fuera país independiente, en el puesto 14 de los países más pudientes de la OCDE en términos de PIB per cápita, mientras que el Reino Unido en el puesto 18. Siete de los 10 países más ricos, tienen una población menor a 10 millones de habitantes y no todos tienen las ventajas económicas y recursos naturales de Escocia, sin embargo son independientes y pueden decidir como disponer del 100% de sus recursos.
Políticamente, los del “Sí” reclaman un parlamento representativo, como lo sería en Edimburgo ya que en la actualidad, solamente un 9% de los “MPs” del cuerpo político londinense que toma las decisiones transcendentales, representa el pueblo escocés. El mensaje del “Sí” cada vez está más clara para Salmond: “el 18 de septiembre pongamos el futuro de nuestro país en las manos de los escoceses, no en las manos de la elite desacreditada de Londres. Escocia es uno de los países más pudientes del mundo y nuestro pueblo debe de poder disfrutar de esta riqueza.”