Por Dr. Alí Víquez
El Sars-CoV-2 es el único virus en la historia de la humanidad que nos ha permitido dar pasos de gigante en el desarrollo de nuevas tecnologías científicas y aspectos relacionados al desarrollo humano como la solidaridad, el acompañamiento, la calidad de vida, el apoyo incondicional a los enfermos, el sacrificio de unos cuidando a los otros y el trabajo coordinado de la mayor parte de los Estados del mundo, tratando de proteger y velar por la salud de sus ciudadanos.
El aprendizaje logrado a través de estos factores mencionados durante el último año, ha sido determinante para definir las mejores estrategias de abordaje y combate contra el CoVid-19, cuyo objetivo es controlar, mitigar y sobre llevar este golpe bajo, casi a punto del “nocaut” que recibimos sorpresivamente y para el cual no estábamos preparados.
En Brasil hoy se reportó que más de 500 personas hacen fila para tener acceso a una cama y equipo de cuidados intensivos con la esperanza de salvar su vida. Una gran cantidad de ellos morirán sin lograr siquiera esa posibilidad de luchar por su vida.
El colapso del sistema hospitalario en Brasil no es casualidad, se debe principalmente a la conducta genocida y populista de un gobernante irresponsable, a quien el mundo deberá cobrarle crímenes de lesa humanidad en el futuro. Un gobernante que no solamente dejó de aplicar medidas sanitarias para evitar la gran cantidad de muertes en su país (el segundo en el mundo), sino que alevosamente instigó a sus seguidores para irrespetar las medidas que organizaciones no gubernamentales, OMS y otras entidades recomendaron.
En nuestro país, gracias a un esfuerzo conjunto donde nos hemos involucrado muchas y muchos ciudadanos desde diferentes frentes y con la colaboración valiosísima del aparato estatal, hemos logrado salir con una buena calificación hasta ahora. También somos conscientes que hemos cometido errores pero estamos frente a una grave amenaza para la salud, de la cual aún no terminamos de conocer.
Es inevitable resaltar los grandes esfuerzos en prevención y tratamiento que sí han dado muy buenos resultados.
El populismo politiquero
Lamentablemente existe una calaña de políticos -si me permiten utilizar esas palabras- aplicadas para un grupo de personas (como el ejemplo de marras), quienes careciendo del conocimiento científico, sin ser especialistas en salud pública, epidemiología, manejo de desastres, menos de cómo funciona un hospital, un servicio de emergencias o una unidad de cuidados intensivos; peor aún, ignorantes del dramático ejemplo en otros países como Brasil, sean capaces de empañar y ensuciar el el trabajo de todo un país… solo por el populismo y el oportunismo político que se evidencia.
Personas como el señor Pedro Muñoz, torpe y ciego frente a la evidencia científica; ni en broma debe ser considerado para dirigir un país que ha sido golpeado salvajemente por el coronavirus, que pone su mejor empeño para sobrevivir. Muñoz propone hoy un “gran movimiento” para que se levanten restricciones sanitarias.
Es tal el su grado de su incapacidad, que ni siquiera entiende, que en este momento tenemos al mínimo las medidas de restricción para protegernos del Covid-19 y aún así las llama “restricciones exageradas”.
Como si fuera poco, el “lord de la estulticia” agrega que se trata de “una discriminación grosera que no la podemos permitir”.
Dn. Pedro, lo que no podemos permitir es que usted “se dé del cuerpo” en los grandes avances que ha conquistado nuestro país en materia de salud contra el Covid-19.
En mi opinión, usted pasó “express” de la ignorancia a lo patético y vive en el ridículo con este tipo de actuaciones y fantasías politiqueras.
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