Andrés Piedra | EP. Después de catorce años uno de los ídolos de la afición manuda le dice adiós al fútbol, el exvolante argentino-tico con una zurda privilegiada. Su nombre es Pablo Daniel Antonio Gabas; un jugador que llevó ese número 12 plasmado en su espalda para representar a esa barra de leones que lo alentaron desde las gradas en toda su carrera con Liga Deportiva Alajuelense.
Su despedida de la institución rojinegra fue en su casa, el estadio Alejandro Morera Soto, en donde muchas actividades se hicieron presentes pero el platillo principal fue el partido entre sus amigos y el primer equipo de Alajuelense. Gabas tuvo la oportunidad de anotar en ambos equipos y de morder el escudo que marcó su vida.
“Yo nací para jugar en este club. No me perdonaría ponerme otra camiseta y que tampoco mis hijos lo vieran”, es la frase que utilizó para demostrarle a su afición que lo realizado todos estos años en el club ha sido honrar a cada uno de los manudos que llevan el escudo en el pecho.
Jerry Palacios, Marcelo Sarvas, Carlos Hernández, Froylán Ledezma y Rolando Fonseca fueron de los invitados más admirados por la barra manuda.
Gabas reconoció que es increíble ver el estadio a un 90% en un día feriado, y por gestos como estos es donde se ve el cariño de una afición. Además de que lo veían como uno de los últimos jugadores que los representaba a todos ellos.
“Es una adrenalina indescriptible cuando vos salís a la cancha y ves a la cantidad de gente que había, el estadio estaba a un 90%, era algo espectacular y eso no es fácil sobre todo un día feriado. Entendía que era uno de los últimos jugadores que representaba a la afición que siempre estuvo al lado mío. Nunca tuve que salir a hablar de más, sino que ahí dentro de la cancha fue donde hice todo”, comentó Gabas en conferencia de prensa tras haber terminado el partido.
El jugador número 12, ese que apoya a todo corazón desde las gradas fue por el que Pablo Gabas dio la vida en cada uno de sus partidos con Alajuelense.