Diésel Gate: ¿Por qué Volkswagen debió pagar solo este año 226 millones a más de 90 mil usuarios?

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(Agencias).- El escándalo de las emisiones contaminantes de los vehículos del grupo Volkswagen destapado en 2015 no deja de dejar secuelas para el conglomerado automotor, aunque esperan que este nuevo acuerdo extrajudicial ponga fin a la pesadilla.

El grupo Volkswagen llegó a un acuerdo con más de 90.000 clientes en Inglaterra y Gales por el que les pagará un total de 193 millones de libras (unos 226 millones de euros) para zanjar sus reclamaciones por el escándalo de los coches trucados, informó este miércoles en un comunicado.

La empresa espera poner fin así a la demanda colectiva planteada en el Reino Unido -al igual que en otros países- después de que en 2015 se descubriera que había instalado ilegalmente un software en algunos de sus vehículos con motores diésel EA189 que falsificaba la medición de las emisiones contaminantes.

El denominado «Dieselgate» es un escándalo relacionado con las emisiones contaminantes de 11 millones de vehículos de las marcas Volkswagen, Audi, SEAT, Škoda y Porsche (pertenecientes al grupo Volkswagen) entre 2009 y 2015. En concreto, los motores diésel de determinados modelos podían llegar a emitir hasta 40 veces más de lo legalmente aceptado de partículas de óxidos de nitrógeno.

Así se descubrió el Dieselgate

La organización sin ánimo de lucro International Council on Clean Transportation (ICCT) inició en 2012 el desarrollo de un estudio conjunto con la Universidad de West Virginia para determinar el alcance de las discrepancias de las emisiones de vehículos diésel en condiciones reales.

Para dicho estudio, se utilizaron tres modelos durante un trayecto de 2100 kilómetros entre San Diego y Seattle, por la costa oeste de Estados Unidos: un BMW X5, un Volkswagen Jetta y un Volkswagen Passat. Estos dos últimos llegaron a emitir valores hasta 35 veces superiores a los límites legales establecidos en el país norteamericanos, por lo que el estudio se puso en conocimiento de la US Enviromental Protection Agency (EPA) y la California Air Resources Board (CARB).

En 2013, el ingeniero valenciano Vicente Franco comenzó a colaborar en la investigación iniciada por el ICCT y la Universidad de West Virginia para comparar las diferencias entre las emisiones de los vehículos diésel de Estados Unidos y Europa, corroborándose las sospechas iniciales.

Así, en septiembre de 2015, la EPA hizo público el fraude, que afectaba principalmente a los motores TDI EA189 de cuatro cilindros de 1.2, 1.6, 2.0 y 3.0 litros de cilindrada de un total de 40 modelos distintos del grupo Volkswagen repartidos entre las marcas Audi, SEAT, Škoda, Volkswagen y Porsche.

El truco técnico del Dieselgate

Pero, ¿cómo consiguió el grupo Volkswagen burlar los controles de emisiones contaminantes de Estados Unidos y Europa con los motores afectados durante seis años?

Según una investigación interna de la empresa, un grupo de ingenieros había estado desarrollando desde 2005 un sistema que permitiera cumplir con las normativas gubernamentales, ya que se vieron incapaces de hacerlo legítimamente con el tiempo y presupuesto del que disponían en ese momento.

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