William Aguilar | EP. Un grupo de científicos holandeses ha desarrollado un nuevo tipo de hormigón que, parte de los compuestos básicos – arena, piedras, agua y cemento -, se le ha añadido una especie de bacterias, las que dotan al nuevo material de la habilidad de poder repararse a sí mismo.
Como se sabe, el concreto es el material de construcción moderno por excelencia, pero una de sus principales debilidades es la facilidad con que se agrieta luego de cierto tiempo, víctima de la presión a la que constantemente es sometido.
Esto podría tener solución con el “biohormigón” que es desarrollado en la Universidad Técnica de Delft, en Holanda Meridional, el cual cuenta con la capacidad de autorepararse gracias a que ciertos microorganismos están hechos de carbonato calcio – como los corales – con el cual se puede hacer cemento.
Las bacterias en cuestión son del género Bacillus (con forma de bastón), las que pueden vivir en la tierra, el mar, y ríos de todo el planeta.
Las bacterias reparan el hormigón conforme crecen, porque producen caliza que rellena las fracturas y sella el material. Las mayores fracturas deben ser reparadas con los métodos tradicionales, pero el sistema aumenta la esperanza de vida de la construcción”, explicó a la prensa Henk Jonkers, investigador del proyecto.
El proyecto se empezó a desarrollar desde el 2006, cuando Jonkers vio tal posibilidad y se enfrentó al principal obstáculo, poder sostener la vida en un ambiente con el nivel de acidez como el del concreto, con un pH de 11.5, cercano al de ciertos desinfectantes.
Afortunadamente, en los últimos años se ha descubierto que algunas especies de bacterias son capaces de desarrollarse en ambientes hostiles, que antes creíamos incompatibles con la vida.
