Keylor García | EP. En el marco del Día Internacional de la Mujer se hace imposible no recordar la memoria de la Socialdemócrata Alemana, Clara Zetkin quien lucho por la igualdad de la mujer. Su nombre es imprescindible para entender el feminismo socialista de principios del siglo XX, y las primeras luchas que llevaron a cabo las mujeres trabajadoras para mejorar sus condiciones laborales.
Ser una mujer trabajadora, responsable y con deseos de superación era solo un sueño para las mujeres de 1850. A lo contrario, eran explotadas y mal pagadas. Es gracia a grandes luchas y manifestaciones iniciadas por las mismas mujeres trabajadoras mismas que cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer.
Una de las primeras manifestaciones fue en 1857. Costureras de la compañía Lower East Side en Nueva York, EE.UU. que trabajaban 12 horas al días, reclamaron una jornada laboral de 10 horas y salarios más altos, (sus salarios eran inferiores en un 60 ó 70% al de los hombres).
Zetkin, de la Internacional Socialista de Mujeres fue la impulsora para que el 8 de marzo fuera el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Clara Zetkin fue imprescindible para entender el feminismo socialista de principios del siglo XX.
En 1910 durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas celebrada en Copenhague, se decidió proclamar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La propuesta inicial partió de Clara Zetkin, dirigente del Partido Socialdemócrata Alemán y organizadora de su sección femenina. Clara fundó el periódico “La Igualdad”, que se transformó en uno de los canales de expresión más importante de las mujeres socialistas de su época.
Clara Eissner nació en Wiederau, Alemania, el 5 de julio de 1857. Su padre, Gottfried Eissner era profesor de escuela y organista. Su madre, Josephine Vitale, era una mujer culta y elegante que provenía de una familia burguesa de Leipzig. Clara tuvo la suerte de crecer en un ambiente culto y fue una de las primeras alemanas en poder estudiar en un colegio universitario para ser profesora.
Cuando en 1874 terminó sus estudios, empezó a conocer a distintos miembros del movimiento obrero de Alemania y a revolucionarios rusos exiliados. Pronto se vio atraída por las ideas socialistas y en 1881 se unió al Partido Socialista de los Trabajadores.