George Rodríguez EP. El canciller de Nicaragua, Denis Moncada, fracasó en su intento por reunirse, la semana pasada, con el papa Francisco, para abordar el tema de la mediación de la Comisión Episcopal de Nicaragua (CEN) en el Diálogo Nacional que busca la paz para ese país, y para solicitar la remoción de tres obispos como mediadores, informó este miércoles el portal informativo nicaragüense 100% Noticias.
Moncada se reunió con un funcionario del Vaticano, quien escuchó al canciller nicaragüense y le expresó el apoyo del papa a la gestión de la CEN en las conversaciones, indicó el medio, que citó a una fuente diplomática europea.
“El papa no recibió al canciller de Nicaragua, la semana pasada en el Vaticano, como solicitó el presidente (nicaragüense) Daniel Ortega”, informó 100% Noticias, agregando que “el Secretario de Estado del Vaticano, el arzobispo italiano Pietro Parolin, a cargo de la posición más importante después del Pontífice, con un rango incluso superior al de un Ministro de Relaciones Exteriores, tampoco atendió la solicitud de Ortega para que se reuniera de urgencia con su canciller”.
El encargado de reunirse con Moncada fue un “funcionario intermedio”, según la versión periodística, que no indicó nombre ni cargo del emisario papal.
“Mientras el canciller cuestionó la labor de todos los obispos de la Conferencia Episcopal, acusándolos de parciales, y abogó por que al menos tres de éstos fueran separados de la comisión mediadora, el delegado del papa, transmitió a Moncada su apoyo a los obispos”, relató 100% Noticias.
El funcionario vaticano expresó que Francisco respalda plenamente el trabajo de la CEN en el contexto de las conversaciones entre el gobierno presidido por Ortega y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, en representación de la oposición, señaló el medio.
“El mensaje del Papa, que fue transmitido por su representante, cuyo nombre no ha sido revelado por el Gobierno de Nicaragua, fue de ‘un respaldo total a los obispos, animándolos a continuar como mediadores del Diálogo Nacional’, dijo la fuente diplomática”, según 100% Noticias.
En declaraciones que formuló la semana pasada al periódico italiano L’Antidiplomatico (El Antidiplomático) y que fueron reproducidas el 6 de agosto por el medio progubernamental nicaragüense El 19 Digital, Moncada dijo que su vista al Vaticano se centró en señalar la necesidad de reestructurar el Diálogo Nacional.
El planteamiento consistió en que los representantes de la CEN, mediadora y testigo de las conversaciones, sean obispos a quienes Moncada describió como ecuánimes, según lo indicado en la entrevista con el medio europeo.
Ello, debido a que algunos integrantes de la CEN han adoptado una posición favorable a la parte opositora, lo que mantiene estancado el proceso de diálogo, aseguró Moncada, quien no identificó a las autoridades vaticanas con quienes se reunió.
Cinco de los 10 integrantes de la CEN constituyen la Comisión de Mediación y Testigo del Diálogo Nacional.
La intención de reestructurar el diálogo fue inicialmente mencionada por Ortega durante la entrevista que concedió el 30 de julio a la cadena estadounidense de televisión CNN En Español, cuando señaló la necesidad de introducir ajustes en los mecanismos de las conversaciones, y dijo el gobierno trabaja al respecto.
“Hay que hacer ajustes a los mecanismos del diálogo, hay que establecer normas en los mecanismos del diálogo, para que, realmente, se pueda obtener resultados”, indicó Ortega, quien aseguró que “estamos trabajando en eso”, y señaló que en ese sentido se ha contactado a organismos internacionales y regionales, incluidos Naciones Unidas, la Unión europea y el Sistema de la Integración Centroamericana.
La gestión de Moncada en el Vaticano se cumplió en el marco de la violenta crisis sociopolítica que hace más de tres meses golpea a Nicaragua y en el contexto del creciente enfrentamiento entre la administración de Ortega y la CEN, a la cual el gobierno ha acusado de participar en lo que describe como un intento de golpe Estado –la definición oficialista de la crisis-.
La agitación estalló el 18 de abril, a raíz de un fracasado decreto presidencial que procuraba reformar el sistema de pensiones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
Retirado el decreto, días después, la generalizada protesta popular a nivel nacional pasó a centrarse en la exigencia de que Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, renuncien a sus respectivos cargos.
La pareja gobernante se ha negado a abandonar el poder, y ha respondido, en cambio, intensificando la represión antiopositora que, llevada a cabo por efectivos de la Policía Nacional y fuerzas parapoliciales progubernamental, ha cobrado casi 450 vidas, generado más de dos mil heridos, detenidos, y desaparecidos, y causado daño en gran proporción a la economía nicaragüense.