Aarón Chinchilla EP. | En un abrupto giro de relaciones internacionales, el gobierno de facto de Bolivia anunció la expulsión de diplomáticos venezolanos y cubanos, aunado al cambio del 80% de sus representaciones en el exterior y además, se retira del ALBA y Unasur.
Leer Más: Bolivia: gobierno de facto asesina a cinco personas y reprime a manifestantes
Según anunció Karen Longaric, ministra de Relaciones Exteriores, el 80% de los embajadores que antes fueron designados por el Gobierno del expresidente Evo Morales fueron cesados y la decisión justificó que “la mayoría no eran de carrera”.
“Ya se le ha mandado su cese de funciones a Sacha Llorenti, él ya no es más representante permanente de Bolivia ante las Naciones Unidas; a Ariana Campero (embajadora de Cuba) también, y a casi el 80 por ciento de embajadores del gobierno anterior se les ha enviado el cese de funciones el día de ayer, tomando en consideración que todos son embajadores políticos y ninguno de carrera diplomática”, manifestó Longaric.
Por otra parte, la Canciller anunció que, actuando en el marco del Convenio de Viena, se declara personas non gratas a los diplomáticos y funcionarios de la representación de Venezuela y les otorgan “un tiempo suficiente, corto” para dejar Bolivia, ya que “se vieron involucrados en asuntos internos del Estado”.
Misma situación ocurre con la representación cubana que llegaron al país en el gobierno de Evo Morales. La expulsión de la delegación isleña será junto a más de 700 médicos cubanos que trabajaban en el país sudamericano.
“En el entendido que existen pruebas contundentes contra ciudadanos venezolanos en los eventos agresivos de la semana pasada y que han sido encontrados con armas de fuego, uniformes y otros instrumentos la cancillería va ha hacer llegar la queja a la embajada y vamos a obrar en consecuencia declarando estos actos actos hostiles hacia el Gobierno” explicó.
Adicionalmente, Longaric informó que Bolivia se retiró de la la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA-TCP) y también analiza la desvinculación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
“El Gobierno ha desvinculado a Bolivia del tratado del ALBA, ya no somos parte del tratado del ALBA. Y estamos analizando también la desvinculación de Bolivia del tratado de la Unasur (…) A partir de ahora, la Asamblea Legislativa tiene que procesar la salida de Bolivia de la Unasur”.
La decisión del gobierno de facto se da en medio de protestas ciudadanas reclamando por democracia real y el cese de la violencia por parte de fuerzas policiales y militares, respaldadas por la presidenta interina autoproclamada de Bolivia, Jeanine Áñez.