
Redacción | EP. Desde hace muchos años se viene discutiendo en los Estados Unidos la limitación de venta de armas para los ciudadanos, pero está discusión no ha tenido ningún acuerdo que permita mayores restricciones a armas de alto poder.
La más reciente masacre ocurrida en Orlando este fin de semana, ha tenido nuevamente un común denominador, la utilización del rifle de asalto AR-15.
Esta arma, un fusil de asalto semiautomático, ligero y hecho de plástico y aluminio, fue prohibido en el país norteamericano entre 1994 y 2004, sin embargo, la Asociación Nacional del Rifle logró evitar que se prorrogara esa restricción.
Este rifle fue utilizado por Omar Mateen para perpetuar su ataque de odio en la discoteca gay Pulse en Orlando el fin de semana, debido a su fácil adquisición por parte de los ciudadanos. Se trata de un arma letal, precisa y liviana que puede alcanzar blancos desde 550 metros.
Pero este rifle también ha sido utilizado para realizar el ataque en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown (Conecticut, julio de 2012), del cine de Aurora (Colorado, diciembre de 2012), y la de San Bernardino (diciembre de 2015), lo que irónicamente ha provocado un aumento en sus ventas (1.5 millones según datos de CNN).
Por ejemplo en el Estado de la Florida, su adquisición se remite a que no hace falta una licencia especial para comprar armas, se necesita solo tener 18 años, una revisión de antecedentes, un certificado médico que niegue alguna enfermedad mental y violencia doméstica; y finalmente una espera de solo 72 horas para comprarla por $500 dólares.
El AR-15 también es usado por las tropas de Irak y Afganistán para combatir al Estado Islámico, mientras que en Colombia su uso es permitido únicamente a las Fuerzas Militares y de Policía.