Nuestra ciudad capital,San José, ha ido perdiendo la capacidad de regenerarse porque se ha convertido en un espacio con un fin exclusivamente comercial, desincentivando con ello la habilitación de casas o de apartamentos y dejando edificios abandonados en el centro de la ciudad.
La ciudad se ha convertido en un centro comercial que baja sus cortinas a las 7 y 8 p.m. quedando desolada después de las 10 p.m. con pocas personas que se arriesgan a tomar un autobús a esas horas en paradas oscuras y en calles de poco tránsito, como las que están ubicadas al sur de la Avenida 4 o al norte de la Avenida Central.
Nuestra capital hace rato perdió la dinámica propia para que los vecinos caminaran y vieran ventanas durante la noche, se tomaran un café en una de las esquinas del Parque Central, disfrutaran de los cines (de los cuales sólo nos queda El Variedades), leyeran un libro sentados en una banca y regresaran a su casa caminando.
La ciudad de San José contrario a lo que señala el Alcalde es una ciudad de paso, la gente no tiene un atractivo continuo en el tiempo para mantenerse en la capital y tampoco tiene un arraigo habitacional como para caminar hasta su casa desde el centro.
La mayoría de espacios de la ciudad están deteriorados socialmente y aunque la reinserción de tejido social cambiando la fisonomía de una calle, como por ejemplo el Barrio Chino, puede ser una de las soluciones siguen manteniendo el problema que no es un barrio sino es una parte de este centro comercial con un estilo diferente, en el caso del ejemplo el Chino.
Contrario a lo que piensan algunos ediles´, yo imagino otra ciudad cuya construcción fuera más natural menos impuesta y que respondiera a las necesidades de los grupos poblacionales y sectores sociales que integran una capital.