“Son zonas con una alta incidencia de delincuencia, con hechos de violencia cada vez más marcados y que registran la mayor parte de los casos, donde además, se encuentra gente tomando licor, consumiendo drogas mientras se mofan de esta crueldad”, nos explicó el director regional de la zona metropolitana del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), Allan Sánchez
No obstante, lo más preocupante es que en esa escena es cada vez más frecuente encontrar niños llevados por sus familiares.
“Un niño que es llevado a peleas de perros es un niño que requeriría una valoración psicológica, ya que llevar a un niño a presenciar donde dos perros se pelean hasta la muerte, provoca que este comience a analizar lo que vio, ahí es donde inicia el ciclo de violencia”, nos comentó Sánchez.
Una forma en que Senasa identifica a los perros que son empleados en este tipo de actividades ilegales, es por las cicatrices muy propias de ellos a nivel de mejilla, cabeza, cuello y en extremidades inferiores.
Aunque esta es una práctica penada por la Ley de Bienestar de Animales desde 1972, es considerada una falta menor que tiene como mayor castigo 180 días de multa y sanciones económicas de hasta 70 salarios base (¢28 millones).
Las razas que son más frecuentes en las peleas de perros son: American Staffordshire Terrier, Shire Terrier, American Pit Bull Terrier y Bull Terriers.
Mismas que se busca que sean reguladas con el proyecto de ley presentado por el diputado del Partido Unidad Social Cristiana, Walter Céspedes desde abril del año pasado, que pretende imponer penas de hasta dos años de cárcel para los dueños de perros que lleven a sus animales a pelear en este tipo de enfrentamientos ilegales.
Asimismo, Céspedes propone que los dueños que quieran adquirir este tipo de perros requieran de una licencia otorgada por Senasa.
“El problema está en que la cría la venta y exportación de estos animales no está siendo prohibida, si usted tiene un perro de estos, si quiere lo cruza, vende, saca crías y nadie lo está limitando, pero si usted lo quiere hacer ordenadamente usted tiene que tener una licencia”, expresó Céspedes.
Sin embargo, según nos comentó Allan Sánchez esto sería logísticamente imposible para Senasa, “de acuerd
o a la potestad que nos otorga la Ley Senasa 8495 nosotros podemos certificar a criaderos, pero no tenemos la potestad para emitir alguna licencia para tener un perro en la casa, no lo podemos hacer, ni tenemos la capacidad para hacerlo”.
Además, es bastante preocupante el hecho de que los dueños de los animales no asisten al veterinario para evitar ser denunciados, por lo que ellos mismos los vacunan y medican sin ningún conocimiento médico lo que pone en peligro la salud animal y publica ya que están propensos a provocar focos de infección y virus.
“Actualmente, no se tiene idea del número de perros de estas razas ya que no existe un inventario ni un censo, este país en la parte agropecuaria no tiene censos de nada pero eso lo tiene que hacer el Senasa, nosotros creemos que este proyectó tiene este condimento y le da las herramientas al Senasa para hacer un control efectivo de las crías de estos perros, y esperamos que próximamente pueda entrar a plenario”, indicó el diputado Céspedes.
Como dijo el Dr. Albert Schweitzer, “cualquiera que se haya acostumbrado a considerar la vida de cualquier ser vivo como algo sin valor, se encuentra en riesgo de llegar también a la idea de que las vidas humanas no tienen valor”.