Enseñar a los niños y niñas a enfrentarse con el bullyng

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Rogelio Arce
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Por Rogelio Arce.

El bullyng siempre ha existido, lo que sucede ahora es que es más evidente y hay muchas maneras sutiles de practicarlo. El acoso, la intimidación, la presión, la burla, son maneras de practicarlo que siempre ha habido. Quienes practican el bullyng son producto de hogares enfermos, muy enfermos, que para sobrellevar el calvario puertas adentro de su hogar, tienen que satisfacer ese instinto vengativo de los corazones enfermos.Al no poder resolver los problemas del padre que anda en negocios oscuros o la madre alcohólica, la hermana de vida disoluta o el hermano drogadicto, eligen a su compañerito o compañerita de clase para vengarse de lo que opina (erradamente) le han causado los y las niñas buenos.

Esos niños producto de hogares trastornados puertas adentro, son los futuros delincuentes de cuello blanco, pero mientras ese día llega, practican sus instintos trastornados contra los demás compañeros. No se le practica bullyng a un niño o una niña perverso, se le practica a los buenos, porque los buenos despiertan ese instinto destructivo promovido por la envidia, el deseo del pequeño delincuente de que los demás sufran para que así se igualen, acosará a los compañeros y compañeras buenos pues son un blanco fácil, siempre ha sido así.

Estos practicantes de bullyng son los futuros fracasados, pero no por el bullyng en sí, sino por el hogar de donde proceden y ese medio en que se desenvuelven (yo tuve compañeros así, la mayoría de ellos fueron rotundos fracasos en sus vidas y un estorbo para la sociedad), ningún niño o niña bueno practicará jamás el bullyng.

¿Cómo podemos proteger a los niños de esos ataques? Por ahora, la única manera que hay es hablándoles desde la infancia con claridad, hay que decirles que no todos sus compañeros son buenos, explicarles cómo funciona el bullyng antes de que comiencen a padecerlo y no dejar de explicarles que pueden ser objeto de acoso, intimidación, burla, presión, pero que esas sencillamente son las armas de los perversos, de los perdedores y que antes de responder con algo igual, deben ignorar a esas almas enfermas y notificarlo cuanto antes a los padres y al maestro.

Lo mismo es deber del Ministerio de Educación y de cada plantel educativo, público o privado, efectuar campañas publicitarias de cómo funciona el bullyng y cómo comunicarlo a los docentes apenas comienza a darse, dar charlas a los grupos para que los niños y las niñas buenos detecten pronto a esos pequeños delincuentes y entre ellos formen una unidad contra el bullyng. Cuidemos a las niñas y los niños, mostrándoles confianza de padre y madre, de abuelos y de tías y tíos, es nuestra obligación minimizar esa perversidad en su totalidad.

 

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