De cómo Costa Rica mató a las micro-empresas (y de cómo salvarlas)

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Jaime Ordoñez.
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Jaime Ordoñez.
Jaime Ordoñez.

Por Jaime Ordóñez.

Costa Rica tiene un grave problema. La pequeña y mediana empresa costarricense está en condición crítica. Sólo en los últimos 5 meses, sé de decenas de micro-empresas que han tenido que cerrar. Mientras la economía supuestamente es robusta para algunos sectores (al menos, eso nos dicen las autoridades públicas, y nos muestran indicadores en tal sentido) muchos de los pequeños desaparecen o están en a punto de cerrar.

Enumero varias micro-empresas que conozco y que cerraron sus puertas en la pequeña área de San José donde me muevo cotidianamente, la zona este: una pequeña soda-restaurante en la esquina del Colegio de Abogados; un taller de ebanistas en Curridabat; una costurera “pret-a-porter” en la zona de Sabanilla; un taller metal-mecánico no tan pequeño en la zona de San Pedro y varios más. Todos cerraron o están cerrando. Conozco a sus dueños y los esfuerzos que hicieron durante muchos años por transformar sus micro-negocios en empresas más grandecitas. Querían hacer patria y, de paso, ganarse un dinero para salir adelante. Daban trabajo a 6, 8, 10 o más personas. Sin embargo, no pudieron con los costos de producción y las cargas.

Cito el testimonio de la dueña del pequeño restaurante: “Yo pagaba todo: los impuestos, las cargas sociales, etc. Hacía todo como una buena ciudadana. No quería defraudar a nadie, ni al fisco, ni a la Caja. Pagaba todo. Pero no pude salir. Los costos me mataron. Si uno hace las cosas bien, es imposible. Ahora me voy a mi casa, a ver qué hago”. Como ellos hay miles de personas en distintas partes del país.

¿Qué sucedió, adonde está la causa de esta grave crisis? Costa Rica es un país muy caro. Los costos de producción, sumado a las obligaciones tributarias y las cargas sociales, hacen casi imposible salir adelante para los micro-empresarios. Y aquí ha habido grandes errores de las políticas públicas de los últimos gobiernos, las cuales hay que corregir con urgencia. Refiero los 2 más grandes errores que se han cometido:

1.- Se dio beneficios únicamente a los grandes pero no a los pequeños. En las últimos lustros, se creó un régimen de incentivos únicamente para la inversión extranjera y los grandes empresas (hay varios empresarios nacionales en zona franca), pero no para los pequeños industriales y comerciantes. Así es imposible que el país progrese, pues hay tratamientos injustos y desiguales.- El país creó un régimen de zonas francas, exoneraciones, beneficios de distinta índole en los últimos años (incluidos los off-shores del sector bancario y financiero) para las grandes empresas, pero se olvidó de las PYMES (pequeñas y medianas empresas) que generan más del 35% del PIB, a puro pulso y a puro esfuerzo, pagando la totalidad de los impuestos.

La inversión extranjera es muy importante, pero no podemos ser tan extremadamente malinchistas e injustos. Si vamos a dar beneficios, les tenemos que dar a todos. Si vamos a cobrar impuestos, les tenemos que cobrar un poco a todos. Es absurdo que los que sí pagan impuestos les financien la infraestructura y la educación del sector productivo al los exonerados. Por no hablar de un sector de banqueros se ha hecho millonarios a partir de los off-shores (eludiendo el pago de ganancias financieras), mientras el resto, los pequeños y medianos, sí pagan hasta el último cinco.-

2.- Un segundo problema. Le metimos impuestos a los instrumentos de formalización de la economía (los mecanismos para transformar nuestra economía informal en productores formales). El impuesto de US$ 400 dólares a las sociedades anónimas ha sido una de las estupideces más grandes que se han cometido en Costa Rica. Con eso, estamos condenando a volver a la informalidad a una serie de micro-empresarios que hicieron un intento por ponerse en ley. Así, los estamos lanzando nuevamente al océano.

Paradoja de paradojas: paternalismo estatal, exoneración y protección para las grandes empresas. Y para los chiquitillos, la ley del mercado y de la selva.

 

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2 COMENTARIOS

  1. En Plaza del Sol cerraron varios locales que estuvieron allí por años. Y es cierto que muchas empresas han cerrado. Y el impuesto no son $200 como alguien mencionó, pues ese monto es para las inactivas. Así como se estrecha en el medio al estrato medio (llamada clase media) así se ha estrechado y ahogado a este tipo de empresas. Y lo peor de todo es que sé que muchas pequeñas están volviendo a preguntar con factura o sin factura cuando no se paga con tarjeta. Nuestro sistema está mal y por los vientos que se sienten…hay poca esperanza de mejora.

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